sábado, 20 de marzo de 2010
Se multiplica el apoyo interno a las Damas de Blanco
Carlos Serpa Maceira
Director de la Unión de Periodistas Libres de Cuba.
Teléfono: 535 284 5392
Email: serpamaceira@yahoo.es
La Habana, 20 de marzo.- La 5ta. jornada de machas por las calles habaneras y asistencia a misas en recordación de la “Primavera negra” del 2003, donde fueron injustamente encarcelados 75 opositores políticos y comunicadores sociales, tuvo dos acontecimientos que deben ser destacados: el apoyo interno y la posición del padre Roberto Betancourt de la Iglesia de la Caridad, quien emplazó a las turbas cuando penetraron en el recinto espiritual, diciendo: “los que tengan fe que se queden, los que no tengan fe, que se marchen” Inmediatamente tomó su cámara y fotografió a los impostores feligreses para dejar constancia histórica se la participación de los grupos de respuesta rápida que venían asediando a las Damas de Blanco.
Debe destacarse la asistencia de varias mujeres del grupo de apoyo a las Damas de Blanco a la marcha de ayer, que elevó a 65 el número de participantes y la participación de personalidades muy reconocidas como las blogueras Yoani Sánchez y Claudia Cadelo, entre otros, así como el hijo del finado Juan Almeida Bosque, Juan Juan Almeida.
A las 11 de la noche cuando me regresaba a casa en un bicitaxi, el mismo fue retenido por la policía por no poseer la licencia operativa su propietario y al pedirme mi identificación y notar que aparezco como resiente de la isla de la Juventud, me pidieron la “transitoria”,( documento que te permite permanecer fuera de tu localidad) y al no poseerla, les dije que era el periodista que cubría las actividades de las Damas de Blanco, por lo que llamaron a los agentes de la Seguridad del Estado, quienes me manifestaron que no me protegerían más y que a esa hora iban para casa de Laura Pollán, pues las marchas de las mujeres se habían tolerado, pero que eso se estaba complicando, ya que no solo estaban participando mujeres, sino que hombres se estaban incorporando a las marchas, y eso no se podía permitir.
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