
by Zoé Valdés
Reina Luisa Tamayo Danger, madre del mártir Orlando Zapata Tamayo,
golpeada por las esbirras castristas. Esta mujer todavÃa está reclamando
el Acta de Defunción de su hijo asesinado.
Zoé Valdés.
El dÃa 18 de marzo se cumplen siete años de las detenciones en Cuba, por
parte de Fidel y Raúl Castro, de opositores, periodistas, poetas,
escritores, y bibliotecarios independientes; todos condenados a penas de
entre 20 a 28 años de cárceles, y también del fusilamiento de tres
jóvenes negros, sin apenas haber sido enjuiciados. Los acontecimientos
de los últimos meses han despertado a muchos aletargados, quienes se han
ido dando cuenta del horror que ha sido la dictadura castrista en los
últimos 51 años, aunque aún quedan un buen puñado de tontos útiles, o
inútiles, los que, probablemente, no quieran jamás quitarse la venda de
los ojos. Tanto peor para ellos.
Durante estos siete años, una gran cantidad de cubanos en el exilio
hemos denunciado al régimen castrista, mediante publicaciones, libros,
artÃculos de prensa, conferencias y demás actividades que consiguieron
abrir rendijas de luz en mentes oscurecidas por el castrismo. Sin
embargo, ha sido el asesinato de un preso polÃtico, Orlando Zapata
Tamayo, condenado durante la Primavera Negra, la que ha llamado a las
conciencias de las personas que aman la libertad. Lamentablemente ése
fue el detonante.
¿Pudo haberse evitado esa muerte? SÃ, se pudo haber evitado. La pudo
haber evitado el gobierno español, quien por los dÃas en los que Orlando
Zapata Tamayo llevaba a cabo su huelga de hambre, y era asesinado por su
carcelero, que le dejó sin agua durante 18 dÃas, conversaba
tranquilamente con los representantes de los Castro, como si de una
democracia se tratara. Pudo haberla evitado Raúl Castro. No lo hicieron.
Lo asesinaron.
Varias cartas enviadas por mà a la Primera Dama de Francia, Carla
Bruni-Sarkozy, asà como al presidente Nicolas Sarkozy, con sus
respectivos dossiers adjuntos, acerca de la salud de este prisionero,
Orlando Zapata Tamayo, asà como la de los reos Ariel Sigler Amaya y
Ricardo González Alfonso, gravemente enfermos, obtuvieron respuestas. No
sólo los diplomáticos franceses se acercaron a las familias de estos
presos, como consta en un correo de la esposa de Ricardo González
Alfonso, además recibà respuestas, en varias ocasiones, del presidente
francés, y de su esposa, asà como del jefe de gabinete del gobierno, el
señor Christian Frémont. La actitud del gobierno francés, entonces, es
la de ponerse del lado de los presos polÃticos. Es de agradecer. Mucho
nos gustarÃa que el gobierno español diera, por fin, un paso real, en
ese sentido, con idéntico gesto.
Es hora de que los gobiernos europeos se sitúen junto a los gobiernos de
paÃses ex comunistas, que sà lo han hecho, y que exijan el fin del
castrismo, tal como lo ha hecho la oposición española, Esperanza
Aguirre, Mariano Rajoy, y Rosa Diez, entre otros. A ellos también, es de
agradecer. Como es de agradecer la actitud de un buen número de artistas
e intelectuales españoles que siempre se han posicionado en contra del
castrismo, y a favor de los derechos humanos, como es el caso de Rosa
Montero, Vicente Molina Foix, Elvira Lindo, Arturo Pérez Reverte, Javier
MarÃas, Vicente Puig, Alejandro Sanz, Loquillo, Sabino Méndez, y unos
cuantos más.
Hace sólo unas horas, las Damas de Blanco fueron agredidas por las
bandas castristas, mientras manifestaban con su marcha pacÃfica,
gladiolos en las manos, como cada martes, desde la casa de Laura Pollán
hacia la Iglesia de Santa Rita. Este acto de represión es uno más entre
los que ellas llevan soportando durante estos siete años, lo que
constituye un dolor añadido al hecho de tener a sus familiares en
prisión, en condiciones infames, e infrahumanas. Estos actos de repudio,
el gobierno español deberÃa condenarlos públicamente.
Por otra parte, la madre de Orlando Zapata Tamayo, Reina Luisa Tamayo
Danger, aún no ha recibido el acta de defunción de su hijo, el documento
se encuentra en manos de la Seguridad del Estado. Reina ha hecho un
llamado internacional para que el acta le sea entregada a la mayor
brevedad posible. Los diplomáticos europeos deberÃan enviar una carta a
Raúl Castro, exigiéndoles una explicación ante este abuso que se suma,
como vejación, después de haberle asesinado.
La valentÃa, por cierto, de esta señora, su imagen, sus palabras, han
dado la vuelta al mundo, muy a pesar de ella, pues salta a la vista que
se trata de una madre, a la que le han arrancado la vida de su hijo, y
ni siquiera tiene el derecho a recibir el documento que atestigua la
muerte, a la que este tipo de protagonismo le debe pesar profundamente.
Es hora de que para los cubanos, este tipo de padecimiento cese de una
vez, que se acabe la consigna dictatorial del "¡patria o muerte!". Es
hora de que vivamos como ciudadanos normales, en libertad, paz y
democracia. Es hora de que podamos gritar junto a nuestros familiares y
amigos, en una Cuba Libre: ¡Libertad y vida!
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