martes, 13 de abril de 2010

Daniel Ortega: “Epitafio para un imbécil”


Por Pedro Juan López Díaz

Uno nunca puede saber hasta donde es capaz un ser humano de profesar el cinismo y la perversidad. Esto, algunas veces es posible cuando de antemano conocemos y reconocemos a ciertos seres humanos que tienen un alto grado de cretinidad e imbecilidad.

En sí, algunos de ellos no son culpables de sus actos y afirmaciones porque responden a un patrón que los ha convertido en parásitos comunicacionales de la mentira y la deshonestidad.

Hay un viejo refrán que dice, que no se le puede pedir peras al olmo. En este sentido podemos decir que no se le puede pedir más a quien carece de todo. De moral. De honorabilidad. De inteligencia y hasta de luz propia para alumbrar sus propios criterios y su personalidad.


Orlando Zapata Tamayo, Sr. Daniel Ortega, tenia en las suelas de sus humildes sandalias, más honra y más verguenza, más méritos y más gloria, que todas las batallas guerrilleras que descansan en las charreteras de sus sucios y ensangrentados hombros, que las tiene y las usa, para convetir a Nicaragua en una satrapía del que lo asesinó.

Los cubanos nunca olvidaremos el ultraje que ha cometido sobre el cadáver de un humilde cubano, llamándole delincuente, torturado hasta la muerte, que murió con un grito de libertad en sus labios sin una gota de agua que acompañara su grito de desesperación porque los esbirros que usted ama, se la negaron.

Llámele usted delincuente, Sr Ortega, al máximo juez de la historia que está esperando la oportunidad para enterrarlo para siempre, junto a los asesinos de Zapata. Muchos delincuentes como usted tienen la característica de burlarse de un crimen, pero recuerde, que el desprecio, es más poderoso que la maldad.

Mientras Zapata y muchos cubanos más que han caído en mi patria defendiendo la libertad vivirán eternamente en el corazón de su pueblo, usted exibirá una triste Lápida que dirá así:

"Aquí yace un cretino. Un imbécil lleno de odio, que se quedó en el camino y nunca pudo llegar a hombre. Paz para Nicaragua. Descansen en paz, los restos de Sandino"

Pero López.

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