martes, 6 de abril de 2010
El arte de poner a cagar a la perra
Por Napoleón Lizardo
El exilio cubano al sur del estado de la Florida, se levanta en viernes 02 de abril del 2010 con otra de las sorprendentes noticias que enmarcan al nuevo siglo: "Estefan-Obama: una relación cada vez más estrecha"; el matrimonio que auspició y sufragó los costos para la Marcha en Defensa de las Damas de Blanco, reciben en sus predios a un presidente demócrata vetado por el exilio ortodoxo; los ingredientes mencionados bastan para desencadenar controversias y teorías para la liberación de la isla. Días atrás se sucedió aquel evento histórico que conglomeró a más de 100 000 almas en Miami; las emergencias del momento juntaron en aquel lugar, a personas de diversos modos de opinión; en Cuba el grupo de mujeres que reclaman libertad para sus esposos e hijos bajo las fauces de la peor tiranía de la historia, se ha echado sobre los hombros los destinos del país; y a pesar de todos los pronósticos en contra propalados por la "quinta columna" castro cubana, a pesar de los plazos pospuestos, de todas las frustraciones, latrocinios y engaños, la gente desesperada se lanzó a la famosa Calle 8 impelida por la esperanza. El espíritu, siempre irredento, trabajó para que el hecho fructificase, sin importar intereses particulares; por encima de cualesquier convenios y coyunturas que hoy podrían argumentarse, respecto de aquella realización; lo importante es que se hizo posible, y el mundo observó.
Lo curioso del caso, que llama la atención, es la rapidez con que se cuestionan las derivaciones del hecho; existe este fenómeno periodístico que se antepone al tradicional, en brazos del siglo XXI, páginas del mundo interactuante e internético como facebook.com, suplantan los conflictos de patio entre vecinos, para dirimirlos en teclas. No existe modo más expedito para enterarnos de la noticias, que visitando estos foros públicos. Nada, con todos los antojos y prerrogativas personales, uno de nuestros exégetas nos induce a leer el enlace publicado por periódico local, empuja su voto condenatorio, breve, cuasi impune: "Ahora sí ’se cagó la perra’ y no tengo nada más que decir. Pobre de nosotros los cubanos"; es decir, la persona clama porque sufras, remueve la mojonera de una perra que puso a cagar, cree debieras sufrir auscultando las estrellas para averiguar el tipo de cagada a que alude, abre el tema en una oración, para cerrarlo en la siguiente, ¡para que no se te ocurra contestarle! Lo curioso del caso, insisto, es que el autor del "post", no es ninguno de mis recalcitrantes opositores al castrato, los que cargan con las culpas que la izquierda reparte a desigual destajo; esta circunstancia me confirma que los actos protagonizados en Miami en 03.25.10, siguen surtiendo efectos. ¿Cuándo es posible que una persona a quien juzgas de instruida, vete tus oportunidades de responder alegaciones? Muy a mi pesar tengo que suponer le falta el respeto a todos. Me consta que sus publicaciones de este corte, se quedan sin respuesta; la mayoría concentrada en lo propio o en compatir con quienes les son afines, o en foros ajenos. ¿Dónde están sus más de 700 amigos? La haladera de pelos, los escupitajos y pisotones de que son víctimas las damas de blanco en Cuba, no tiene que sufrirlo nadie fuera de aquel infierno. ¿Cómo se te ocurre, alma de Dios, traer a colasión temas en foros públicos, y cerrarlos sin ofrecer opciones? La contraparte del exilio histórico cubano, siempre argumentó a favor de diálogos, ¿por qué evitarlo ahora, si yo, tu único interlocutor, siempre te trata con respeto?
Según aseveraciones de siempre, quienes padecemos lo que aún acontece en Cuba, damos pena; y se conduelen de nuestra pobreza toda vez que se puedan enviar insultos; pero escogimos dar pena, sacamos de nuestro tiempo de disfrutar la libertad, para dedicarnos a lo que nos dé la gana; al final de todas las manipulaciones que infieren los críticos, al final, a nadie se le impuso salir de casa para acudir a la Marcha Blanca; nosotros escogemos ser esas almas en pena. A estas alturas nadie se ha atrevido a preguntarme si fui o no, y eso engrandece nuestra causa, a la democracia. Padecí prisión política en Camaguey, para que hoy cualquiera que lo desee, combata mis principios en facebook.com, no para que me hagan chocar la vista con posting como el entrecomillado arriba, quitándome el derecho a réplicas; eso al menos no es noble en personas de alto coeficiente intelectual o moral; eso es típico de quienes halan pelos de forma impune en la isla.
Insisto, la pretensión primaria de este artículo, es la de llegar a un consenso en tierras libres de la república facebook; que cada quien siga pensando como mejor prefiera, sin exportar la idea de que tengo la razón en todo; temas y foros no debieran abrirse y cerrarse con la velocidad que se puede hacer con una puerta. Los portazos no llevan a ninguna parte
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