jueves, 8 de abril de 2010

¿Quién mató a Adrián Leiva?


A principios de 2009, el periodista Adrián Leiva anunció que si no había otro modo de que las autoridades cubanas le permitieran regresar a su patria, entraría sin permiso por cualquier punto de la costa cubana. “No por desafiar al gobierno, sino por el derecho natural que me asiste”, dijo en aquella ocasión. “Y que pase lo que pase”, advirtió.

Desafortunadamente, pasó lo que muchos temíamos que podría pasar desde que leímos su mensaje: Adrián Leiva murió en el intento de regresar a su país.

Las autoridades cubanas entregaron el cadáver a su familia el 5 de abril. Dicen que lo hallaron en la costa norte de la provincia La Habana. Había salido de Miami en una embarcación el 22 de marzo. A los más allegados no les ocultó que volvía a Cuba.

Adrián Leiva, un periodista independiente que se definía como un hombre de izquierda y moderado, se fue a Miami en el año 2005. Aceptó irse para no obstaculizar la salida de su esposa, pero advirtió que retornaría como fuera.

Volvió a Cuba en el año 2008. En octubre de ese año, las autoridades lo expulsaron del país. Entonces empezó su lucha por el derecho de todos los cubanos a regresar a su país.

En sus cartas a varios jefes de Estado, al Vaticano, la Unión Europea y al propio gobierno cubano preguntaba: “Si no defendemos el derecho a la nación que nos pertenece, ¿de qué vale defender todo lo demás si lo primero es el ser humano y el concepto de nación y familia?”.

Adrián cumplió su sueño. Al fin está en Cuba, pero muerto. Únicamente así logró que los cancerberos que se adjudican el monopolio de la patria no pudieran impedirle la entrada o expulsarlo de la tierra que amó tanto.

Ahora sólo nos queda el dolor. Y las dudas sobre las circunstancias de la muerte de otro hermano. Tal vez nunca sepamos qué pasó realmente. Pero no hay dudas sobre quién mató a Adrián Leiva.

Adrián murió por culpa de las perversas y orwellianas leyes migratorias cubanas.

Hace más de un año se dijo que el gobierno cubano estudiaba flexibilizar su legislación migratoria para eliminar los permisos de entrada y salida del país. Luego del frenazo que impusieron a las mini-reformas los retranqueros del inmovilismo neo-estalinista, no se habló más del asunto.

Emigrar o fijar residencia temporal en otro país es un derecho consagrado por el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En Cuba se viola ese derecho, como casi todos los demás derechos de la Declaración, que es considerada casi subversiva por las autoridades. Y las leyes migratorias del gobierno cubano siguen ahí, en abierto desafío a todo lo justo, humano y racional.

Esas leyes-engendros, como a tantos otros compatriotas, mataron a Adrián. ¿Alguien duda todavía que existan leyes asesinas? ¿Será suficiente con la vida de Adrián? ¿Cuántas muertes más se necesitan?

Luis Cino

Cubanet

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