miércoles, 12 de mayo de 2010

En manos de E.U. un Testigo Clave de la Conexión del «Narco» con Cuba.


La Razón - España .Las investigaciones apuntan a que el mexicano Mario Villanueva utilizó la isla como escondite. Buenos Aires- Los viejos fantasmas acosan al régimen de los Castro. La extradición del ex gobernador mexicano Mario Villanueva a Estados Unidos por cargos de narcotráfico y lavado de dinero podría revelar nuevos datos sobre los nexos del mercado de estupefacientes con el gobierno de Cuba, basados en los vínculos de Villanueva con el ex canciller cubano Roberto Robaina. Robaina fue defenestrado en 1999 y expulsado del Partido Comunista tres años después tras reconocer que recibió 25.000 dólares de Villanueva para remodelar oficinas del gobierno cubano y por mantener otros vínculos con el entonces gobernador del estado de Quintana Roo.

Sin embargo y a pesar del hermetismo que rodea a la isla, numerosas investigaciones apuntan más alto. En el libro «Cancún a Almoloya: el imperio roto de Mario Villanueva», el periodista mexicano José Antonio Callejo explica que Robaina y Villanueva «trabaron una amistad personal y cercana» que se nutrió de visitas que el canciller hacía a Chetumal, capital de Quintana Roo, en la costa suroeste de México.
Según Callejo, algunas investigaciones oficiales apuntaban a que Villanueva, alias El Chueco, utilizó a Cuba como escondite cuando las autoridades federales de México empezaron su persecución en 1999.
«En cuanto a Robaina, lo despidieron y lo pusieron a recoger la caca de las palomas de los bustos de La Habana», agrega Callejo en referencia al cargo al que más tarde fue asignado el ex ministro de Exteriores.
En sintonía, fuentes allegadas al caso que prefieren guardar el anonimato afirman que «muy posiblemente nuevos datos de esa relación saldrían a flote en un nuevo juicio y ofrecerían nuevos detalles sobre si Villanueva utilizó Cuba en distintas operaciones de lavado de dinero».
«Los puritos de Robaina»
Villanueva, el primer ex gobernador en ser extraditado a Estados Unidos por cargos de tráfico de drogas, está acusado de recibir más de 19 millones de dólares del poderoso Cartel de Juárez a cambio de proveer protección en su estado.
La acusación indica que la conspiración en la que estaba involucrado se extendió de 1993 hasta 2001. En este período Villanueva alardeó de su amistad con Robaina, de los cigarros que éste le regalaba y de su relación en general con Cuba.
«Tengo amistad con Osmany Cienfuegos, el ministro de Turismo (también destituido), y una gran amistad con Roberto Robaina», declaraba en 2002.
El escritor cubano Carlos Alberto Montaner, ya adelantaba en esta época los últimos sucesos: «Villanueva, preso por narcotráfico y otros delitos graves, probablemente será extraditado a EE UU y saldrán a la luz pública sus relaciones con el gobierno cubano y su paso nada honroso por la isla. Castro quiere tener listo su chivo expiatorio y quién mejor que Robertico, amigo de Villanueva, para ser culpado de esos vínculos delictivos».

Ascensos y caídas
Roberto Robaina fue un delfín del presidente cubano Fidel Castro, quien no sólo lo propuso para el cargo de ministro de Exteriores sino que además defendió en televisión su candidatura ante la reticencia de los cuadros del Partido Comunista y de la población en general. Pero su ascenso fue tan vertiginoso como su caída. Fue expulsado del PCC y separado de su cargo en el Buró Político en 2002, debido a un vídeo que lo vinculaba con el ex gobernador mexicano Mario Villanueva y con el ex ministro español Abel Matutes. Robaina mantenía una gran amistad con Villanueva, quien incluso habría utilizado el avión de la cancillería cubana para trasladarse, a pesar de que el entonces gobernador era acusado por la DEA de narcotraficante.

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