

By papelbit
La Habana de Noche (foto:desconocido)
Hubo un tiempo en que la Habana fue una ciudad iluminada, por luz, por arte, por la gente misma iluminada como farolillos de árbol de Navidad. En aquellos años la ciudad tenía cuerpo de edificio robusto, apiñados edificios en una mezcla arquitectónica dónde no cabría un dedo entre paredes. Las calles rebosaban una vida nocturna muy animada, y encendidas todas como si todos los cocuyos del campo se concentrasen en los propios cuerpos de la gente. Fue la Habana una ciudad estrella, estación obligada de los más importantes artistas de la época. Hoy no tanto. Hoy la Habana se traga su luz como si fuese un agujero negro, y los artistas sortean su presencia con la misma rapidez en que una idea toma forma de discurso. Y la gente apagada vaga por sus calles resolviendo luz a sus propias vidas, la formidable ilusión de que los electrones son comestibles, las velas animadoras de sombras en el gran circo de la Habana.
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