sábado, 5 de junio de 2010

LA DIGNIDAD DE NO VESTIR UNIFORME


Angélica Mora
Nueva York

Apuntes de una Periodista

El régimen los considera presos comunes, los reos de conciencia se niegan a ser considerados delincuentes.

La huelga de hambre de Diosdado González Marrero hoy en la cárcel matancera de Agüica, es la dignidad personificada en su batalla de ideas por la que fue condenado a 20 años de prisión.

Fue por pensar diferente, por rebelarse pacíficamente contra el sistema, que fue arrestado en la redada del 2003 y por eso se niega a ponerse el uniforme azul de reo común.

González Marrero está condenado, no por haber delinquido, sino por sus ideas y lo menos que puede hacer Raúl Castro y sus secuaces es respetar que éste y otros luchadores pacíficos tengan el derecho a no usar el uniforme de preso.

Con su gesto Diosdado se une a una larga lista de centenares de presos políticos cubanos que han rehusado -desde el inicio del gobierno castrista- a vestir el traje carcelario.

Fidel Castro estuvo preso sólo 18 meses -de una condena de 15 años de cárcel- por dirigir el ataque al Cuartel Moncada. Fulgencio Batista cedió ante la presión pública y liberó a todos los implicados.
Durante su confinamiento Castro gozó -él y el resto- privilegios de preso político:
Comodidades, cocinar en la celda, visitas, abundante material de lectura, sol, deportes en grupo y vestir la ropa que quisiera.

En cambio, durante los 51 años del régimen Castrista el trato a los presos políticos ha sido inhumano, trabajos forzados, torturas, palizas, malnutrición, falta de atención médica, y hasta asesinatos a manos de los presos comunes y los guardias.
Muchos han recurrido a huelgas de hambre para exigir un trato humano. Lamentablemente, algunos han pagado con sus vidas.

Y ahora igual que ayer, los que injustamente fueron condenados en aquella fatídica "Primavera Negra" quieren seguir revestidos por su dignidad, frente al sistema que los ha encarcelado por el solo delito de pensar diferente.

Lo menos que puede hacer la dictadura cubana es respetar esa actitud.

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