viernes, 4 de junio de 2010
UNA FÓRMULA MUY SENCILLA
Por Roberto ValdiviaPublicado Hoy
Ciego de Ávila,(PD) En el año que transcurre, la dictadura castrista ha celebrado varios eventos encaminados a tratar de fortalecer su sistema político-económico. Con tal propósito realizaron el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC) los días 3 y 4 de abril, acontecimiento que tuvo como antesala cientos de reuniones con los militantes.
Estas reuniones previas fueron presididas por el primer vicepresidente de los Consejos de Estados y de Ministros, José Machado Ventura, quien con magistral astucia se encargó de cambiar el concepto mantenido durante años por el Partido Comunista de Cuba (PCC). Ya no se trata de caracterizar a la organización juvenil como “relevo” de las viejas generaciones. El nuevo concepto es menos amenazante para la cúpula y muy a tono con sus intereses de perpetuidad: “Ustedes son la continuidad”.
La sustitución de conceptos no es casualidad, mucho menos un error dramático. Es el resultado de una acción premeditada. Según el diccionario, relevo es acción de relevar o sustituir, verbos inaceptables para la camarilla castrista; mientras que continuidad viene de continuo, que se extiende sin interrupción y circula siempre en el mismo sentido.
En el caso que nos ocupa, hacia la izquierda es además continuismo, línea política congruente con la seguida por un dirigente desaparecido. Es evidente que existe preocupación en las altas esferas del sistema ante las crecientes manifestaciones y tendencias consideradas negativas practicadas por los jóvenes como consecuencia del descontento y la frustración.
A un mes de la reunión, la crisis empeora y cientos de jóvenes enfrentan la racionalización de plazas en sectores como el turismo, las agencias de seguridad y protección, la salud, etc. Sin más opción, algunos han pasado de animadores culturales en el polo turístico de la cayería norte de la provincia de Ciego de Ávila a camilleros del hospital provincial. Otros para sobrevivir han emprendido el trabajo por cuenta propia en fábricas clandestinas de tejas y ladrillos.
El congreso juvenil sólo sirvió para intentar adoctrinar a la juventud y comprometerla con las futuras transformaciones al estilo castrista, carente de toda posibilidad de apertura democrática y encaminada a fortalecer y perpetuar en el poder su fracasado sistema.
Más recientes aún están los congresos de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y el del Sindicato de la Construcción, llenos de euforia por el cumplimiento de planes agrícolas y constructivos; cuando en realidad los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) permanecen desabastecidos la mayor parte del tiempo y miles de viviendas y edificios públicos esperan por años una reparación que nunca llega.
Cincuenta años de régimen totalitario, caudillismo, corrupción, enriquecimiento de sus dirigentes y empobrecimiento de la población, son pruebas suficientes del fracasado socialismo cubano. Mientras exista la política de exclusión y no haya participación democrática, ningún congreso o reunión resolverá los problemas. La crisis económico-política castrista va en ascenso, muchos la consideran irreversible.
La formula es muy sencilla, un cambio. No en el concepto de sus dirigentes. Un cambio donde se elimine el totalitarismo, se instale un gobierno democrático y pluralista con justicia social, dentro de un marco de libertades individuales, economía de mercado, libre empresa, respeto a los derechos humanos, con oportunidades para todos.
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