lunes, 7 de junio de 2010

Vacaciones preocupantes

El legado comunista de los hermanos Castro; hambre, miseria, muerte y represión.

Columnas - La columna de Martha B. Roque Cabello

Sólo conociendo los problemas puntualmente, aunque sean pequeños, se puede tener una idea de la difícil situación alimentaria por la que atraviesa el país, y además cómo el Gobierno trata de darle solución momentánea a cada apuro por el que pasa. Y es que los tiempos de la grandilocuencia para mantener engañado al pueblo han quedado atrás.

Recurriendo a la historia y la memoria, en el año 1961 (agosto 26/27), se llevó a cabo una Reunión de Producción en el Teatro Chaplin, a ella asistieron los entonces Ministros del recién estrenado “Gobierno Revolucionario”. Durante la clausura, Fidel Castro le informó al pueblo que a partir de enero de 1962, el abastecimiento de viandas superaría todas las necesidades del mercado. Ya en junio del mismo año la producción de pesca alcanzaría las necesidades del consumo. Antes de fines de año se resolvería el abastecimiento pleno de carne de ave para la capital, y en febrero del año entrante, en todos los mercados nacionales. También informó que en enero del año 1963 se daría solución definitiva al problema de las grasas.

Pronunció textualmente las siguientes palabras: “No es una promesa, es un compromiso del Gobierno Revolucionario con la Patria, en la seguridad de cumplir las metas de la producción trazadas en las fechas señaladas”.

Sin embargo, todos conocen que a partir del año siguiente, se impuso la mal llamada “libreta de abastecimientos”, que lleva junto al pueblo de Cuba, la bicoca de 48 años, y que el gobierno “trata” de eliminar, sin conseguirlo.

En estos momentos Raúl Castro no tiene las condiciones económicas, políticas y sociales, para repetir un hecho así, se le hace totalmente imposible elaborar discursos como este, porque ya nadie cree en que se remediarán los problemas, dentro del esquema del socialismo, que mantiene a la gerontocracia en el poder.

Los métodos usados son de “apaga fuego” y de ahorros -casi ridículos- afectando como es natural, a los consumidores.

El mes de mayo fue difícil para la población, por ser largo y terminar un lunes. El fin de semana anterior a su conclusión, en la Ciudad de La Habana, vendieron en varios municipios arroz, en los MAE (Mercados Agropecuarios Estatales) al precio de 3.50 la libra, en moneda nacional. Estaba restringida la venta, en algunos lugares a 5 libras, en otros a 10; la policía tuvo que cuidar las largas colas, que duraron el día entero. Algunos municipios –incluso- extendieron la venta hasta altas horas de la noche. De esta forma lograron callar los comentarios callejeros, ya que el arroz es un plato indispensable en la dieta del cubano y se corrió la “bola” que en el Puerto de La Habana, los trabajadores se habían negado a cargar un barco de arroz con destino a Haití.

También hay formas de dejar de vender por la cartilla de racionamiento algunos productos y hacer ahorros con ello, que lo único que consiguen es exacerbar los ánimos de los afectados. Por ejemplo las personas que tienen dieta médica, y que se les refuerzan mínimamente los alimentos normados, algunos de ellos con enfermedades crónicas, como la diabetes, deben hacerse un chequeo médico para actualizar los documentos que dan fe de la enfermedad, lo que implica que al menos un mes al año no reciben la dieta. Esto multiplicado por la cantidad de pacientes con este tipo de régimen significa un ahorro de pollo, leche, etc.

De igual forma, se juega con los envíos a las bodegas y carnicerías de productos bajo el sistema de precios subsidiados, dejando pendientes de un mes para otro algunos de ellos, bajo pretextos de problemas en la distribución e incluso mermas por concepto de congelación, etc.

Son variadas las formas en que se trata de llevar a cabo el ahorro mensual, que desde el punto de vista del “Estado todopoderoso”, es prácticamente caricaturesco, sin embargo da la idea de que la comercialización se realiza en estos momentos a punta de lápiz.

Pero se acercan meses peligrosos, pues los niños y jóvenes estarán de vacaciones en su casas, sin lugares de esparcimiento, con una programación televisiva totalmente politizada; y lo más difícil la situación de al menos una comida diaria, con un desayuno de cualquier cosa y una merienda al mediodía de “invento”.

También el día primero de junio comenzó la temporada ciclónica, que siempre significa una preocupación y un gran dolor de cabeza para el Caribe, sobre todo para el Gobierno cubano, que quiere hacer ver al mundo que por la eficiencia de la Defensa Civil, un huracán no es nada, y casi nunca deja muertos que lamentar, aunque se oculten.

Por el momento, se ha anunciado la posibilidad de sintonizar en la televisión todos los juegos del Mundial de Fútbol y de la Liga de Volibol, lo que al menos mantendrá entretenidos a los aficionados, que constituyen una buena parte de la población.

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