viernes, 13 de agosto de 2010

LA GENERACIÓN DE LA PRIMAVERA

PUBLICADO PARA HOY 14 DE AGOSTO


Por Frank Correa

Jaimanitas, La Habana, (PD) Yo lo llamo Juan, pero todos les dicen el Johnny. En el corto lapso que lo conozco, he aprendido con él que todo periodista tiene primero que quedar complacido consigo mismo, no importa lo que crean los demás. El mérito de lo que escribimos para la página Primavera Digital es haber enfrentado valientemente a una dictadura.

Con Juan González Febles, periodista egresado de algunas disciplinas en la universidad de La Habana y de la calle, he podido coincidir conque el buen periodismo es el que al final pueda ser recordado por objetivo y práctico, más que por escolástico y engolado.

Sus tres perros, su esposa Ana, y la humildad de su pequeño apartamento en un segundo piso de un antiguo edificio de la barriada de Lawton, acogen a un grupo de periodistas independientes al comenzar cada mes, que van a entregarle artículos y crónicas para publicar. Una enorme serpiente Cobra en posición de ataque colgada en un afiche en la pared les recuerda siempre a los reporteros estar atentos del terreno que pisan, pues los pasos en falso siempre retardan o equivocan la marcha.

Comentó Febles cierta vez que la Cobra significa intuición, ubicuidad y prestancia, aunque no lo dijo exactamente con esas palabras. Sus editoriales semanales y sus análisis sobre la situación social de Cuba persiguen precisamente estos atributos, fundamentos esenciales para los apasionados por el oficio de escribir.

Siempre que lo visito, y me encuentro con redactores de Primavera Digital me sucede una cosa extraña. Siento como si viviera otra vez los años veinte de París, con la generación perdida. Perdida bajo otras circunstancias, y al contrario de aquellos norteamericanos emigrados a la Meca del arte, hoy constituimos el rezumadero de disímiles rincones de la isla, provistos de los más variados orígenes, estilos y posturas.

Entre Luis Cino, Víctor Manuel Domínguez, Miguel Iturria, Jorge Olivera, o Aleaga Pesant, la generación de la primavera, de tan perdida al final del túnel, encontrará salida.

Muchos estados de opinión, catarsis y análisis esotéricos de este mundo emergente y contradictorio que conforma la disidencia cubana, ven la luz en su pequeño cuarto de la calle Armas, donde nos recibe con afecto, una mirada inquisitiva, un vaso de agua, un café y un “buenos días, maestro”.

beilycorrea@yahoo.es

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