viernes, 6 de agosto de 2010

LIBRES DEL MIEDO

Publicado para hoy 7 de agosto


Por Miguel Iturria Savón

El Cotorro, La Habana,(PD) En el mes de mayo una amiga me trajo de España tres reseñas críticas, una de Xavier Rubert de Ventós sobre el libro de Aung Suu Kyi, líder opositora de Birmania, y dos mías publicadas por Cubanet en el 2006, la primera acerca del ensayo El poder de los sin poder, del escritor y político checo Vaclav Havel, y la segunda en torno a Cómo llegó la noche, del ex comandante Huber Matos, quien relató el proceso revolucionario cubano y la instauración de la dictadura de los Castro.

Son tres obras que difieren y convergen en el tema del totalitarismo y ofrecen algunas claves para enfrentar el miedo y la represión. Como son libros prohibidos en Cuba, comentaré brevemente el menos difundido en nuestra isla, el escrito por Aung Suu Kyi bajo el título Libres del miedo, editado en Barcelona en 1995 por Galaxia Gutenberg.

Aung Suu Kyi recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991. El año anterior ganó las elecciones en Birmania al frente de la Liga Nacional de la Democracia, pero los militares le impidieron tomar el poder. Pese al despojo y el confinamiento que todavía padece, ella analiza con mesura los problemas esenciales de su país. Son reflexiones generales de interés para los lectores de varias latitudes, que no hieren la sensibilidad de quienes pudieran opinar diferente.

En Libres del miedo, prologada por Vaclav Havel y María Luisa Penelas, la líder opositora del archipiélago asiático describe la corrupción en su patria, los mecanismos más íntimos sobre los que se cimenta el poder despótico y la necesidad de vencer el miedo, esa deformación del espíritu que dobla la voluntad, activa el oportunismo y otras actitudes que favorecen la dominación sobre la mayoría, lo cual es identificable en nuestro entorno.

Señala que “El miedo nos hace cómplices de la opresión, de igual modo que la valentía… nos hace aliados de la verdad”. Advierte que “para alcanzar esa verdad debemos librarnos del virus debilitador del miedo que nos corroe la razón y la conciencia, nos eclipsa, hiere y humilla”.

La experiencia vital de la autora le permite apreciar que “la servidumbre no solo es una condición, es también una pasión”; pasión descrita antes por Hegel y Goblot, y analizada por Canetti y Hannah Arendt, según X. R. Ventós, quien aclara:

Suu Kyi, como Havel, “invierte la lógica distinción entre una moral privada que sabe de sentimientos o convicciones, y una supuesta moral pública, que debe ser secreta y astuta, maquiavélica y cargada de misiones históricas o de Destinos en lo Universal, o Utópicas revoluciones. Esta mezcla de cinismo constituye hoy el “sentido común” político que Suu Kyi denuncia como una variante del propio miedo”.

La luchadora birmana reclama un íntimo compromiso moral frente a la prudencia o sabiduría política: “Menos ideales y más Principios, menos Ideología y más entereza”. Nos toca de cerca al decir: “Una de las más nocivas formas de miedo es la que se disfraza de sentido común o de prudencia, y rechaza como irreflexivos o fútiles los pequeños actos de valor que mantienen el sentimiento de dignidad y de respeto a uno mismo”.
Apela a “un heroísmo sin ilusiones” al recordar que “los santos son pecadores que perseveran en la lucha”. Una lucha… más heroica cuanto más conciencia guarda de que sus objetivos son tan inalcanzables como irrenunciables.

El libro de Aung Suu Kyi, como las generalizaciones de Vaclav Havel en El poder de los sin poder, adquiere un valor añadido por su universalidad, sus certeras percepciones sobre el totalitarismo y porque difiere de la política tradicional y de los discursos electorales que ofrecen justicia, libertad o abundancia, pero sin liberarnos del miedo que impide alcanzarlas.

culturakiss@yahoo.es

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