
Gracey Piney.
(Martí Noticias, Grace Piney, 22/09/10) - A inicios de este año, hubo un debate bastante enconado sobre la libertad de expresión, que continúa sin resolverse. Reporteros sin Fronteras (RSF) llamaba la atención y expresaba su preocupación con respecto a un posible tratado (ACTA, anti-counterfeiting trade agreement) y exponía que sus "medidas representan un auténtico peligro para la libertad de expresión en Internet, a pesar del objetivo del proyecto de luchar contra la piratería y la falsificación de las obras protegidas por los derechos de autor".
Según la información que difunde sobre esa reunión RSF, las negociaciones (que venían de más de tres años previos) tenían lugar de manera confidencial entre algunos países, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, sin la participación de las ONGs y de la sociedad civil. RSF exigía a la UE explicaciones ante los riesgos que podía implicar la firma de ese tratado para la libertad de expresión:
•La prohibición de los recursos para evitar filtros o bloqueos que impedirían que los ciudadanos esquivasen la censura;
•Corte de Internet y por lo tanto limitación del acceso a la información a pesar de que el hecho de sancionar a los que descargan no impedirá nunca la falsificación en sí;
•Establecimiento de un filtro automático, una limitación de la libertad de expresión, que, sin intervención de un juez, es ilegal.
Como no cumple función que reproduzcamos aquí todo el texto y las consideraciones de RSF en referencia a este incidente, mejor aportamos el enlace a la web en la cual RSF publica todo esto y otros detalles que pueden dar luces sobre el incidente:
http://es.rsf.org/peligro-internacional-para-la-26-01-2010,36211.html.
Pero este no es el único medio en el que la censura hace acto de presencia en el día a día y cómo se pone de manifiesto el exceso de poder de los Estados; ni es el Estado el único ante quien puede estar en peligro la libertad de expresión. Hay una censura más sutil que es a la que se enfrentan todos los días los profesionales de las comunicaciones y el ciudadano común. Quien la ejerce casi siempre es un mal administrador de su pequeña cuota de poder o es el resultado de la mala gestión de los poderes de facto. Suele comenzar con manipulación de la información, con el vertido de rumores, desacreditación y utilización de influencias.
Quienes hemos vivido dentro de una dictadura totalitaria y militarista como la cubana, entre cuyos poderes se encuentran el terror y la censura, identificamos el más mínimo intento de ejercerla; de la misma manera que identificamos a un militar de la Seguridad del Estado cubano, por ejemplo, "infiltrado" en los grupos del exilio (el Gobierno cubano no cree demasiado que la guerra fría terminó). Porque la hemos padecido y hemos aprendido a sortearla, porque hemos crecido haciéndolo. A veces, esas percepciones ni siquiera tienen una base objetiva, es una simple sensación que, en apariencia, casi choca lo paranoico.
En Internet no son pertinentes las carreras de fronteras convencionales sin embargo con el empleo de filtros que imposibilitan la transmisión, sea en el servidor de emisión o en de recepción se están estableciendo los límites que podrían corresponder a las fronteras convencionales cuando son los Estados quienes las establecen. Además de este procedimiento, cuando se evita, de cualquier otra forma, que la información pueda ser localizada también se está ejerciendo una censura sobre la información; se está vulnerando el derecho de las personas a ejercer su libertad de acceso a la información.
En Cuba, todos sabemos que existe un único servidor y que no sólo tiene filtros y complementos para rastrear la información y controlar la que se recibe y se emite, el acceso a determinadas webs; sabemos que por ahí pasan también los mails personales, que también son chequeados. No es sólo lo referente a la conectividad donde incide y donde son todopoderosos los mecanismos de la censura por parte de un Estado dictatorial.
Aún faltan muchas cosas por aclarar/normalizar en cuanto el entorno de Internet y al ejercicio del derecho a la libertad de expresión y de información. Cuba no es el único país en el cual se aplican filtros al acceso a Internet pero sí uno de los pocos en los que esos filtros no tienen como objetivo evitar que nos niños accedan a contenidos de pornografía, por ejemplo, que es la razón que se maneja con más frecuencia y como de más peso para su aplicación. En otros países se aplican filtros para proteger el mercado nacional, por ejemplo; y, por supuesto que podríamos extendernos en el debate de este punto, porque en ese caso hay una vulneración flagrante de los derechos de las personas, pero no es lo que nos interesa en este texto donde tratamos de la censura y sus mecanismos en Cuba y en relación con el acceso a la información y no a los derechos como "consumidor".
Hasta hace poco Internet no tenía la credibilidad que ya hoy sí tiene. En ese entonces, sólo se le daba crédito a una información que hubiera sido emitida en nota de prensa. La nota de prensa cada vez va más en desuso. En estos momentos en Internet tienen casi la misma credibilidad las agencias de prensa y los diarios convencionales como los blogs y las plataformas sociales. A todo ello se encuentran sustraídos los cubanos que viven en la Isla, que no tienen acceso a Internet y que viven ajenos a lo que es hoy el mundo: un espacio infinito en la red.
Hemos pasado de la lógica del verdadero o falso a una lógica que incluye tres valores: "verdadero", "falso" y "está en Internet". Pero incluso a una idea más tajante: "lo que no está en Internet no existe", por tanto ¿quién puede probar que Cuba exista? En esa medida, las personas, en la actualidad, somos cada vez más: "electrogentes", quienes todo lo hacemos a través de la red, porque son muchas sus ventajas.
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