Por Frank Correa
Jaimanitas, La Habana, 30 de octubre del 2010, (PD) El libro Poesía Completa de Rubén Darío, con introducción y notas de Alfonso Méndez Plancarte, de la editorial Aguilar, Madrid, 1963, se asemeja más a una Biblia de bolsillo que a un libro de poemas, por su encuadernado similar a los ejemplares del Nuevo Testamento que circulan en Cuba.
Una foto del poeta Rubén Darío en su juventud inicia el libro. Le siguen múltiples elegías escritas tras su desaparición física, de las plumas de Rufino Blanco-Frobona, Antonio Machado, Amado Nervo, Manuel Machado, Enríquez González Martínez, Juan Ramón Jiménez, José Santos Chocano, Luís Fernández Ardavín, Leopoldo Díaz, Eugenio Díaz Romero, Charles de Soussens, Alfredo Arvelo Larriva, Emilio Baquero Lazcano, Eduardo Carrasquilla Mallarino, Héctor Eduardo Duffat, Tomás Morales, Rafael Heliodoro Valle, Rafael de Diego y Ramón Sáez Morales.
Dichos textos exaltan la grandeza de Rubén Darío, y revelan su gran influencia sobre las generaciones de poetas que vinieron después.
La huella dejada por el autor de Azul indudablemente arrastró a esta pléyade de poetas de diferentes latitudes a completar una obra póstuma, al parecer incompleta, sumadas a los 1996 poemas que componen este libro
Iniciación melódica, El poeta civil, Vaso de miel y mirra, Campanas de león, Homenaje y estelas, Crónicas y leyendas, Del cercano ajeno, Cantos de vida y esperanza, Arrojos, Del chorro de la fuente y Cantos Chilenos, son algunas de las principales compilaciones recogidas en esta edición de la editorial Aguilar, de Madrid.
Repasar la obra de este maestro de las letras del idioma castellano es como oxigenar una habitación que ha permanecido cerrada mucho tiempo producto de un viaje de su inquilino.
El alivio que se respira con la vuelta al sitio de origen lo transmite de principio a fin esta Poesía Completa de Rubén Darío, el poeta que una vez llamó decididamente a José Martí su maestro.
beilycorrea@yahoo.es
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