lunes, 7 de febrero de 2011

Buena suerte




Escrito por Gladys Linares


Lawton, La Habana, 8 de febrero de 2011,


Vista exterior del hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán”


(PD) Aquel día, como de costumbre, el viejo Lorenzo salió temprano hacia la parada a vender maní. Desde que se jubiló, siempre ha buscado la forma de aumentar su exigua pensión de doscientos pesos en moneda nacional. Así, además de ganar unos quilos extras para poder sobrevivir, se mantiene activo.

Aquella mañana de lunes, el transporte estaba peor que nunca y la aglomeración de personas era grande. Cuando el P3 paró una cuadra antes, muchas personas corrieron para poder alcanzarlo. Uno de ellos tropezó con él. Lorenzo cayó al suelo. El maní se desparramó y no podía pararse. Pero la solidaridad no se hizo esperar: lo ayudaron a recoger sus cosas y lo llevaron al Hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán”. Los médicos le diagnosticaron fractura de cadera y lo ingresaron.

Cuando le avisaron a su hermano menor, Lázaro, este salió inmediatamente para el hospital. Como eran más de las seis de la tarde, tuvo que entrar por la parte de atrás. Los pasillos estaban oscuros, sin bombillos. Pero al llegar a la sala fue que quedó horrorizado. Las ventanas no tenían cristales, sino que estaban cubiertas con cuanto invento han podido idear las personas que por allí han pasado para protegerse del agua y del frío. Miró a su hermano sobre aquel colchón manchado de restos de desperdicios humanos, la sábana antes blanca y el pijama roto que le habían dado en el hospital. Sintió la fetidez de los baños tupidos. Todo era deprimente. Por mucho que buscó, no encontró un lugar donde poder acomodarse para pasar la mala noche. Tuvo que llamar a la casa de su hijo para pedirle lo imprescindible en un hospital: agua para beber, algo de comer, un cubo, un calentador, sábanas, frazadas, pijamas y un sillón.

Entonces lo embargó un sentimiento de lástima por aquel anciano que durante tanto tiempo creyó en la revolución, que cortó caña como voluntario en más de diez zafras, que fue dirigente sindical y militante del Partido Comunista, que peleó en Angola y regresó vivo, y me cuenta que pidió a Dios para que la buena suerte, como entonces, acompañara a su hermano también esta vez.

dysgla@yahoo.com

Vista exterior del hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán”

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