domingo, 20 de marzo de 2011

El calvario del cliente X




Escrito por Odelín Alfonso Torna


Arroyo Naranjo, La Habana


marzo 20 de 2011,


(PD) El pasado viernes 25 de febrero, el cliente X protestaba frente al responsable de la oficina de Correos de Cuba, ubicada en las afueras del poblado capitalino El Calvario. La cuestión era que éste recibía un bulto postal con una abertura sumamente visible, suficiente para que una mano sustrajera el contenido que –vía Correos Cuba- venía desde España. Afortunadamente, luego de comprobarse una a una las pertenencias del cliente o destinatario X, se concluyó que sólo se intento violentar el bulto postal.

Cuenta el propio destinatario X, que en diciembre de 2010 recibió un paquete postal totalmente desmantelado, también en la misma oficina de correos. Según dijo el encargado de turno, él se había “percatado de la violación e hizo un informe al respecto en el momento de recibirlo”, cosa de librar responsabilidades una vez fuese reclamado por el cliente. Posteriormente echó el contenido del paquete dentro de un saco de nilón y lo anudó con una brida plástica de seguridad.

Esta vez el cliente en cuestión no corrió la misma suerte. Parte del contenido enviado desde España había sido hurtado en algún eslabón de la cadena de distribución en Cuba. En su lugar, y para equiparar el peso neto del contenido original, se le introdujo al paquete postal ropa vieja y algunos periódicos. En ambos casos planteados, el cliente X tuvo que firmar obligatoriamente la tarjeta de recibo del paquete postal. Según el encargado del correo El Calvario, reclamaciones de este tipo se hacen posteriormente a la entrega.

Este tipo de violación, frecuentes por demás y en ocasiones divulgadas por la sección Acuse de Recibo del diario oficial Juventud Rebelde, muchas veces suceden después de los registros que vienen orientados por funcionarios estatales o de la Seguridad del Estado. De este proceder surge lo que llamaría vandalismo postal, un mecanismo ilícito del que subsisten muchos de los empleados de Correos de Cuba.

¿Dónde se dan las primeras incisiones a los bultos postales?

Obviamente la primera, o mejor dicho, la última si consideramos esa larga y tortuosa estera por donde ruedan los paquetes postales que desde el exterior llegan a Cuba, ya vienen facturadas en la tarifa impositiva en monada nacional (CUP). El gobierno cubano les cobra a los nacionales por cada paquete postal recibido un impuesto, en correspondencia con el peso (22.90 CUP/500 g. Europa y 25.60 CUP/500 g. el resto del mundo), máxime cuando el remitente ya ha pagado su envío en divisa convertible (dólar o euro) desde el lugar de residencia en el exterior. Ejemplo: por un bulto postal de 4.95 kilógramos de peso, enviado desde Europa a un costo de 28 euros, el destinatario en Cuba debe pagar 71 CUP, un tercio de su salario mensual.

Quizá en un país donde los servicios en manos del gobierno consiguen empañarse por la corrupción, el irrespeto y la falta de incentivos salariales sobre quienes lo manejan, muchos consideren irrisorio el robo de medicamentos, alimentos u otro tipo de ayuda que se canalice mediante Correos de Cuba.

Entre los requisitos de aceptación de Correos de Cuba sobre un paquete postal, figura el “estar completamente franqueados y empaquetados de forma tal que puedan ser transportados con seguridad y envueltos de manera que permitan un fácil examen”

¿Por qué este requisito no se emplea igual para los clientes o destinatarios nacionales que reciben el servicio? ¿Qué sentido tiene reclamar después que se recibe el paquete postal en malas condiciones y con faltantes en el contenido?

¿Acaso esa enorme membrecía que ostenta el sindicato del vandalismo en Cuba, no lastima la moral de la revolución cubana con el hurto y la violación de paquetes postales y/o de correspondencia?

Doy fe que no. Ya estamos hartos de incisiones como estas y de otras que están por venir. Se los dice el cliente X.

odelinalfonso@yahoo.com

Foto: Odelin Alfonso

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