lunes, 14 de marzo de 2011

La verdad y sólo la verdad




Escrito por Roberto Valdivia


Ciego de Ávila


10 de marzo de 2011,


(PD) “Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado”, sentenció el más universal de los cubanos, José Martí. Con esta guía, intercambié con mis coterráneos diferentes temas, desagradables para algunos, nocivos, irrespetuosos y causantes de malestar para otros.

En los últimos años, los servicios informativos del régimen castrista, en especial el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, publica artículos de opinión sobre temas relacionados con las indisciplinas sociales, el enriquecimiento ilícito, los desvíos de recursos, abusos al consumidor, adulteraciones, malversación, descontrol estatal y hasta el encubrimiento desde la parte gubernamental.

Publicaciones que muchas personan califican como manipuladoras de información, orientadas por el régimen dirigen a sus voceros para dar una imagen de autocrítica, tolerancia, cambio y apertura a la libertad de expresión. De todos modos, crece el consenso de que el gobierno no resuelve nada, se hace el de oídos sordos o no tiene absolución.

Algunos aseguran que en medio del fracaso del sistema político-económico socialista cubano, acrecentado por la crisis mundial, el régimen, en su afán por mantenerse en el poder, aplica tácticas de supervivencia gubernamental y hace la vista gorda para minimizar el descontento popular y así evitar las protestas masivas. De ahí que la situación en vez de mejorar, empeore.

En Cuba se dice que los cubanos sabemos de todo, de pelota, medicina, política, etc. Uno de los “politólogos” del barrio, de más de ochenta años cumplidos, comentó: “El problema es que los políticos están para garantizar el bienestar del pueblo y desarrollar una economía que garantice la satisfacción de las necesidades de la población. El gobierno hizo todo lo contrario. Organizó la economía del país para asegurar el poder político. Esa es la verdad”.

Más adelante, se refirió a los gobiernos de Estados Unidos y Cuba y afirmó, mientras abría los brazos y miraba alternativamente las palmas de sus manos: “Los americanos están en la extrema derecha y los cubanos en la extrema izquierda, muy distantes los unos de los otros. Los primeros avanzaron un poco hacia el centro, los segundos, comenzaron a dar tímidos pasos en igual dirección”.

Frente al asombro de unos y la incredulidad de otros, dijo: “Lean los Lineamientos Políticos y Económicos del VI Congreso del Partido Comunista, en el documento se aprecian manifestaciones de cambio y es que la cúpula gobernante centró los debates en la actividad económica. Para lograrlo, tendrán que diseñar necesariamente políticas de cambio. Sin programa político, no hay cambio económico”.

Al final, sus ojos octogenarios brillaron y con voz pausada dijo: “No dejen de decir lo que piensan. Sean como Martí. Ustedes disfrutarán los cambios cuando yo quizás ya no esté”.

martinroberto51@yahoo.es

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