domingo, 17 de abril de 2011

Dagoberto Valdés, sus palmas y su decencia




Escrito por Juan Gonzalez Febles


Lawton, La Habana


17 de abril de 2011


(PD) Un muy querido colega comentaba que Jimmy Carter es demasiado decente y demasiado cristiano para lidiar en igualdad de condiciones con “esta gente”. Quizás tenga razón o es posible que le pase lo que nos pasa a muchos, que no sabemos distinguir a tiempo hasta qué punto se puede ser decente sin pecar de estúpido.

Quien llama amigo a un tirano, si es decente, tiene que ser estúpido, o al menos merece ser considerado como tal. Pero esto es sólo una opinión. Quiero referirme a alguien que brilla por su decencia y hasta donde sé, no tiene hasta este momento que arrepentirse de sus amigos. Dagoberto Valdés sigue dueño de su decencia y su bonhomía. Por esto, insisto en que está en desventaja con esta gente.

Últimamente Dago ha sido blanco de algunas copro-series producidas por el Ministerio del Interior y exhibidas los lunes en la noche en la TV cubana. Me preocupa que esas personas de “allá”, tan capaces, profesionales y bien intencionadas, le hayan echado encima a tanto chivatón y que “esta gente” de acá, lo aprovechen, para crearle un caso, sin darle oportunidad de réplica.

La copro-serie que lleva por título, “Las razones de Cuba”, hasta tiene rostro bello de mujer. Quizás la intención fue reforzar el bodrio con un rostro femenino, representativo de la belleza clásica de un canon nacional, algo como un sex simbol seguroso. Si la hubieran presentado en una bata blanca con una mariposa (la flor nacional), cintas azules y rojas en una frondosa cabellera negra, hubiera resultado mejor. Pero afortunadamente, apareció como analista y de uniforme verdeolivo. Esto retrotrajo a los comics de los cincuenta y a las villanas morenas de aquellos tiempos. ¿Se acuerdan de Dalia Negra?

‘Las razones…’, apuntan peligrosamente contra Dagoberto Valdés. Aunque la serie esté dirigida al consumo nacional, en vísperas del próximo congreso, vale un alerta. Parece un esfuerzo dirigido contra toda la sociedad civil que ha tomado como punto de inicio al laico de Vitral, pero que podría ampliarse eventualmente, más allá.

Dagoberto Valdés se creó a sí mismo con laboriosidad. Lo hizo con el amor y la fe que todos los que le conocemos aprendimos a respetar. No fue la invención de nadie. Es tan auténtico como sus palmas y pinareño, pero no bobo. Irradia a nivel local, desde el barrio al mundo.

Resulta muy preocupante que la fallida selección de “activistas pro democráticos” hecha allá lejos, Dios sabe bajo qué auspicios, y que regularmente aumenta la cosecha vil de despreciables chivatos, ponga en peligro a Dagoberto, el hombre laborioso que ama las palmas, a su tierra y a la libertad. Un hombre tan quisquilloso en su amor al Dios de su iglesia, como en su humana decencia.

Para concluir, diré en el cubañol coloquial que él conoce tan bien de las esquinas, tanto habaneras como pinareñas, un consejo: Dago, cuídate hermano, esta gente te quiere joder. Hazlo para que nos duren tus palmas y tu decencia.

juanchogonzal@gmail.com

Foto: Ana Torricella

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