martes, 5 de abril de 2011
La Alianza para el Progreso Igualitario
Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant
El Vedado, La Habana
5 de abril de 2011
(PD) El profeta dijo: “Cuando el alumno esté preparado, aparecerá el maestro”. Sus seguidores apoyaron el mentón sobre las manos.
En 1961 Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso y los Cuerpos de Paz, una iniciativa que entregó 20 mil millones de dólares a los gobiernos latinoamericanos para promover la riqueza, el desarrollo y la equidad. Cincuenta años después, se resume que tal iniciativa sirvió entre otras cosas para empoderar a unos, asesinar a otros, resaltar la pobreza y la violencia como males endémicos del sub-continente.
En el resultado negativo de esa propuesta, el gobierno de Cuba tiene un papel digno de ser anotado. Invadió directamente con sus soldados o a través de mercenarios o bandoleros a República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Colombia, Perú, Nicaragua, El Salvador, Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay, Granada y México. Sus acciones propiciaron la inestabilidad e ingobernabilidad en el sub-continente, fortalecieron las tendencias militaristas y el paradigma de la Seguridad Nacional, soporte ideológico de los golpes de estado, las guerras sucias y la Operación Cóndor.
La promoción por parte de los gobiernos latinoamericanos de políticas estatistas, y proteccionistas, productos de las tesis keynesianas y del desarrollismo, terminaron por enterrar una gesta paternalista y de buenos oficios del gobierno norteamericano hacia Latinoamérica. Aburrido de educar a un hijo bobo, rechazado por las autosuficientes dictaduras de derecha e izquierda del área, la política norteamericana giró sus acciones hacia zonas más sensibles a sus poliarquías y con resultados inmediatos, en Medio Oriente, Asia y Europa.
Medio siglo, después de la propugnación de la Alianza para el Progreso, hija directa de la derrota de la estrategia norteamericana en Bahía de Cochinos, el Presidente Barack Obama presenta la Alianza Igualitaria, una política diseñada para dar preferencia a las relaciones y las alianzas en el continente.
Obama presentó su estrategia en Santiago de Chile, en el anunciado Discurso para las Américas, donde utilizó adjetivos halagadores y análisis críticos para expresar su visión sobre las relaciones que mantienen los Estados Unidos y América Latina, así como los retos que deben afrontar juntos.
“América Latina”, dijo, “no es el viejo estereotipo de una región en conflicto perpetuo ni atrapada por ciclos interminables de pobreza. Es una región dinámica y en crecimiento. América Latina, puede dar lecciones que sirvan de guía a los pobladores del mundo que inician la travesía a la democracia, donde no hay un solo modelo para la transición. Pero, si existen ingredientes únicos. La fuerza moral de la no violencia. Un dialogo franco que incluya a todos. La protección de los derechos básicos, como la libertad de expresión y de reunión. Rendición de cuentas por crímenes cometidos. Así como realizar las reformas políticas a la par de las económicas, porque la democracia debe satisfacer las necesidades básicas y aspiraciones de los pueblos”.
Fue el presidente norteamericano cuidadoso y meticuloso en sus planteamientos y cuidó mucho de hacer promesas que caigan en saco roto. Aseguró que la diferencia entre su compromiso con la región y el de sus antecesores está en la oportunidad actual…y no le falta razón. Chile, Brasil, Colombia, El Salvador, Perú, crean precedentes y paradigmas de pragmatismo político, proyección económica, gobernabilidad, constitucionalidad y respeto a los derechos universales.
En su mención especial sobre Cuba, resaltó el compromiso de su gobierno con el pueblo cubano y la democracia en la isla. Apuntó, “desde que asumí la presidencia anuncié los cambios más significativos en varias décadas de la política de mi país hacia Cuba, que posibilitaron que los cubanoamericanos visiten y apoyen a sus familias en la isla y permitiendo que los estadounidenses envíen remesas para dar esperanza económica. Continuaré buscando maneras de aumentar la independencia del pueblo cubano, que tiene derecho a la misma libertad que todos los demás pueblos de este hemisferio. A la vez las autoridades cubanas deben respetar los derechos humanos básicos del pueblo cubano, no porque Estados Unidos insiste en ello, sino porque el pueblo cubano lo merece”.
¿Hasta donde llegará la Alianza Igualitaria? No es una pregunta que los norteamericanos puedan responder. Más bien es Latinoamérica quien debe hacerlo, con un compromiso claro con la democracia y las libertades universales. Cuba es actualmente el campo donde se dirime hacia donde va América. Mientras Cuba siga gobernada manu militari, donde se violan los derechos y se conspira contra todos los países del área, no habrá paz en el continente. Aunque decenas de miles de médicos y otros profesionales cubanos recorran el hemisferio.
La Venezuela bolivariana, hija legítima de la monarquía insular, es el ejemplo de cuanto hándicap puede ser un Estado interesado en interrumpir el proceso de desarrollo. Según medios internacionales, a mediados del año 2010, Hugo Chávez fue el anfitrión de una cumbre de organizaciones terroristas donde estuvieron presentes la cúpula de Hamas, Hizbolláh y Yihad Islámica.
¿Destruirán Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Raúl Castro, la nueva Alianza Igualitaria propuesta por Barack Obama?
aleagapesant@yahoo.es
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