El día después

Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant 0 Comentarios


El Vedado, La Habana


3 de mayo de 2011,


(PD) Diplomáticos y periodistas extranjeros continúan con la pregunta sobre los resultados, tras cerrarse las cortinas del último vodevil comunista. Es extraño, porque si algo quedó claro hasta para los más entusiastas, es que el espectáculo no sentaría precedentes.

La política exterior cubana estuvo en el centro del “agujero negro”. Aparte de la ratificación del canciller Bruno Rodríguez, fuera de las altas estructuras políticas, más allá del Comité Central y una cuarteta de referencias, no hubo más referencias. La primera al antinorteamericanismo retórico, una muy pequeña a las relaciones con la Alianza Bolivariana (ALBA) y Venezuela, expresada fundamentalmente en la lectura de una carta Hugo Chávez, y otra, también pequeña, dedicada a la solidaridad de los países socialistas pasados y presentes.

La referencia más explícita, pero sin más exactitudes, está en el discurso de clausura, cuando el primer comunista dijo: “Nuestra gratitud, un día como hoy, a los actuales países socialistas por su invariable cooperación y apoyo en todos estos años de duras batallas y sacrificios.”

No está claro si refería a la Libia Popular y Socialista del Kadafi, que bombardea a su población alzada en armas contra el régimen despótico, la Myanmar de los Generales y de la represión contra la Premio Nobel Aung Su Kyi y el asesinato de cientos de monjes budistas, la Corea de la dinastía Kim con sus campos de concentración, sus bombas nucleares y hambrunas, el Laos del Pathet, la China de Tiananmen, el Vietnam comunista o el Timor de Xanana Guzmao, todos considerados sólidos sistemas totalitarios y antidemocráticos.

Suponemos que el guiño cómplice entre tiranos era dirigido hacia Vietnam y China. Tal fue que apresuradamente altos funcionarios de esas plutocracias partidistas enviaron cartas de reconocimientos a los que feliz e institucionalmente se aferran al poder en la isla.

Sin embargo, pasar por alto olímpicamente el diseño regional del ALBA, es sin lugar a dudas una de las interrogantes mas importantes del vodevil, por cuanto la organización con sede en Caracas, se proyecta con tintes de integración económica, uno de los supuestos y pregonados intereses del Congreso. Y si Castro & Co, no hablan del tema es porque no le tienen suficiente confianza al asunto.

Tampoco la visión tercermundista tuvo mucho apego y el pequeño párrafo dirigido a esa zona tiene mucho de retórica y poco de práctica.

Una excepción preocupante.
La presencia de la Ministra de Defensa de Sudáfrica en el desfile militar del 16 de abril en La Habana deja mucho que desear de las relaciones entre ese gobierno y el pueblo cubano. La presencia de la alta funcionaria pasó desapercibida por los medios de comunicación oficiales, que tampoco informaron de su visita. Se pone en evidencia la existencia de una agenda oculta en las relaciones entre los dos estados.

Sudáfrica y Cuba mantienen un alto nivel de comunicación en esferas de sanidad, educación y defensa, con el intercambio de visitas oficiales de altos jerarcas de ambos ejércitos. Hace apenas cuatro meses, el presidente Jacob Zuma realizó una visita oficial y se firmaron numerosos acuerdos.

Pero la presencia de la ministra, sería el único ejemplo de un alto funcionario de un país democrático que estuviera presente en el desfile militar. Algunas informaciones no oficiales indican que la presencia de la funcionaria, que previamente fue jefe de los servicios secretos sudafricanos, se debe a que durante los combates de Bahia de Cochinos participó del lado del gobierno militar cubano un sudafricano, el Sr. Alex Lagumas, quien fue posteriormente el primer representante en Cuba del Congreso Nacional Africano (ANC, en inglés) y que falleció en La Habana en octubre de 1985. Sin lugar a dudas una justificación, aparte de discutible, bastante traída por los pelos.

Un día después, el cuartico está igualito, como dice el viejo bolero. Viejo, como los aferrados al poder.

aleagapesant@yahoo.es