martes, 7 de junio de 2011

Estado despilfarrador, pueblo ahorrador


Escrito por Moisés Leonardo Rodríguez


Cabañas, Artemisa


7 de junio de 2011, (PD) Los gobernantes cubanos critican a las sociedades de consumo por su despilfarro, pero la asignación de recursos en nuestro país no sigue criterios de racionalidad ni se ajusta a los intereses de la nación.

Fue el despilfarro del subsidio soviético lo que llevó a la crisis de los ochenta durante la cual se redujo el consumo y la inversión, se autorizó el mercado libre campesino por un corto tiempo y se inició el fallido proceso de rectificación de errores y tendencias negativas.

El gran tamaño del estado y su gobierno, su disfuncionalidad por la injerencia del partido único y la corrupción generalizada que deriva de la centralización excesiva y la falta de transparencia, consumen recursos excesivos sin revertirlos en los correspondientes valores añadidos.

La construcción de refugios y la modernización de las fuerzas armadas malgastan cuantiosos recursos que nunca serán utilizados durante una cada vez más improbable invasión en el marco de las nuevas relaciones internacionales o resultarán inútiles dado el avance de la tecnología militar del enemigo por excelencia, los Estados Unidos de América.

Si bien la macroeconomía está marcada por el despilfarro, los individuos en su vida privada o en sus gestiones de autoempleo y microempresas, más por necesidad que por conciencia, se ubican entre los más ahorradores del mundo.

En paladares y cafeterías particulares se pueden ver batidoras industriales, hornos, refresqueras, tostadoras, y otros equipos de más de cincuenta años de explotación o confeccionados artesanalmente a partir de desechos colectados en lugares inimaginables.

Viviendas hechas, ampliadas o reparadas con arena, ladrillos, cabillas, ventanas y puertas, tuberías de agua y otros elementos recuperados de escombros de edificaciones derrumbadas o demolidas... ¿No es esto ahorro?

Los vehículos para el transporte de pasajeros por porteadores particulares tienen más de sesenta años de explotación y, en muchos casos, ruedan mejor que los ómnibus y autos estatales con solo unos pocos años de servicio.

En cuanto al reciclaje, si bien en parte está en manos de la empresa estatal de materias primas, se le suma el actuar individual que incluye el uso de botellas, platos, cucharas, potes, jabas y otros elementos plásticos, desechables en todos los lugares del mundo, pero que en Cuba se usan reiteradamente, alargando sus ciclos de vida útil y ahorrando materia prima.

¿Se ha visto en otro lugar que las fosforeras (encendedores) sean rellenadas una y otra vez? O que los cubos, tibores y palanganas viejas devengan macetas para plantas, o que las jabas de nylon cortadas en tiras sustituyan al teipe (cinta eléctrica) y los pomos de resina pet a los patos para recoger orinas de enfermos?

Si el gobierno dejara de ignorar en todo y para todo a los gobernados, las cosas podrían empezar a cambiar para bien. También en esto del uso racional de los recursos de la nación.

corrientemartiana2004@yahoo.com

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