
Escrito por Luis Cino Álvarez
Arroyo Naranjo, La Habana
22 de junio de 2011
(PD) Para los que dicen que la he cogido con Fernando Ravsberg, al fin coincido en algo –más allá de su defensa de ciertos sectores desfavorecidos de la sociedad cubana- con el corresponsal en La Habana de BBC Mundo.
A propósito de las declaraciones de Enrique Ubieta al diario La República, en que el estratega de los blogueros oficialistas compara a la prensa del gobierno cubano con una "ciber-guerrilla" enfrentada a las transnacionales de la información, escribió Ravsberg en su blog: "...se parecen muy poco a una guerrilla, en realidad se asemejan más a una fuerza militar regular, centralizada y dirigida con pésimas estrategias".
Ubieta debía saberlo bien. Cómo se puede calificar de guerrilla a una fuerza con todos los recursos y facilidades, no sólo para rebatir en buena lid y aplastar- si sus argumentos pesaran tanto como sus blindados y tanques de guerra- a los que gustan de llamar mercenarios y enemigos, sino también para descalificar y denigrar, del modo más rastrero posible, al más inocuo de sus adversarios de ideas. En todo caso, la ciber-guerrilla, por movilidad y desventaja logística y numérica, seríamos los independientes, aunque a estas alturas no nos haga ilusión, sino todo lo contrario, la posibilidad de que nos puedan considerar colegas de los terroristas de las FARC.
Resulta ridículo llamar "ciber-corporación" a blogueros y periodistas independientes que a veces no tienen ni una laptop propia, apenas disponen de un par de horas a la semana de acceso a Internet gracias a la generosidad de alguna embajada, siempre bajo el ominoso hostigamiento del Departamento de Seguridad del Estado.
El propio Ravsberg pudiera acotar que más allá del caso de Yoani Sánchez, no hay tal apoyo mediático internacional a blogueros y periodistas independientes, sino más bien ninguneo, suspicacia y críticas con muy mala leche.
Si la ciber-guerrilla por encargo que capitanean Ubieta y el seguroso Yoandry permanece agazapada -con su pesadísimo armamento que tan mal utiliza- en el fondo fangoso de la trinchera, a la espera de las orientaciones de los jefazos hasta para decir que sus bocas no son suyas, sino de la revolución, ese es su maletín. Va y ahora que el general-presidente exhorta a los periodistas oficiales a dejar el triunfalismo, logran hacer algo que valga la pena –y el gasto- en su contraofensiva bloguera. Eso, si no se escachan antes por atrevidos y desobedientes, que no hay que exagerar con las orientaciones del Jefe.
Por lo pronto, como anunció el ciber-seguroso Tato Fontes, la blogosfera ha empezado a tupirse de blogs de jóvenes que repetirán hasta la saciedad que aman a sus líderes y que son felices aquí. Tan feliz como aseguró a Cuba Visión que se siente Elaine Díaz, una rubita tan linda que es como para chuparle incluso el más fidelista de sus pensamientos. La bloguera Elaine aseguró que su abuelo ni siquiera sabe qué es Internet, ni falta que le hace para vivir encantado de la vida. Imagino la contentura del viejo al correr de cola en cola para comprar las papas, el pan por la libreta y lo que todavía llega a la bodega, luego de asegurarse de comprar –primero que todo- el periódico para leer las Reflexiones del Compañero Fidel varias horas antes de que las lean por el NTV.
Dicen que algunos de los jóvenes blogueros oficiales se sienten tan capaces de polemizar con cabeza propia, que hasta quieren intercambiar criterios cara a cara con blogueros disidentes para que no les hagan cuentos. Ingenuos que son algunos (miren el caso de la linda Elaine) que creen en la posibilidad de ser independientes del lado de allá de la línea verde olivo. Digo, si no hay truco.
Puede que los jóvenes ciber-guerrilleros oxigenen un poco la blogosfera oficial. Enrique Ubieta y Manuel Lagarde aburren con tanto teque y muela bizca como la de la ciber-guerrilla. Provocan bostezos tan grandes como el que no pudo aguantar la teniente coronel con cara de pocos amigos durante la conferencia ¿filtrada? en la que Tato Fontes ¿Yoandry? se arrancaba los mechones del poco pelo que le queda en la cabeza para explicar la ciber-agresión imperialista.
Pero que no vengan a estas alturas, si de tupir la blogosfera se trata, con Paquito el de Cuba (ay que horror, cuánta audacia y trasgresión) y los blogueros oficiales con seudónimo. O sin él, como Iroel Sánchez, que tronado como está, acaba de atacar a Fernando Ravsberg por no favorecer al gobierno cubano en el conteo de las cucharadas de cal y las de arena.
Si por tipos como Iroel Sánchez fuera, Ravsberg tendría que escribir al estilo de Granma. Allá quién piense que Iroel cambió desde que escribe el blog La pupila insomne (¡ay, Martínez Villena, qué desperdicio!). Pero que siga Ravsberg como va, con sus descubrimientos de Cuba, acertados o no. Iroel Sánchez no pasa más allá de los ladridos y la cara de esbirro. Si lo sabremos Juan González Febles y yo, que en una ocasión tuvimos que soportar su mirada de policía clavada en nuestras espaldas, cuando se sentó al acecho detrás de nosotros durante la presentación de un libro de Lisandro Otero en el Palacio del Segundo Cabo. Y mírennos aquí, seis años después, en la guerrilla.
luicino2004@yahoo.com
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