miércoles, 8 de junio de 2011

Y mientras, ¿donde vivo yo?


Escrito por Paulino Alfonso Estévez


Lawton, La Habana


8 de junio de 2011


(PD) En la anterior carta analicé, la primera prioridad que debe enfrentar en serio y no mediáticamente como hasta ahora vino haciendo su hermano y al parecer Ud también. Digo, si es que quiere que el castrismo se mantenga.

Hoy me referiré al sector de la construcción, en específico, a su lado más sensible: la vivienda. Para eso, se impone una breve síntesis del desarrollo de la construcción de viviendas en Castrolandia.

Por suerte, al principio a su hermano no le importó nada el asunto, de ahí que se fabricaran unos 200 edificios de bonita y funcional arquitectura. Pero cinco años mas tarde, dejó cesante a la exitosa Pastorita Núñez y se dedicó a construir las vaquerías y los pastoreos donde se ordeñarían tantas vacas lecheras que incluso construyeron un sistema de ordeño mecánico Rotolactor, comprado a los suecos para poder asimilar y procesar toda la leche que se obtendría de su sueño de la súper agricultura castrista. En 6 años no se volvió a hablar de viviendas.

Pero rusos importantes empezaron a cuestionar el lento desarrollo que veían en el führer tropical y a exigir resultados que no se veían. Ahí surgió la Zafra de los diez millones de la que se hablado en demasía. Durante aquella gran locura, todo en Castrolandia se paralizó hasta que el mesias admitió la "derrota".

Como el ego de su hermano es enorme, escogió la siempre apremiante situación de la vivienda para librar otra gran batalla en la que vencería de seguro al imperio brutal. Para eso creó una red de prefabricados, regalada por los soviéticos, con sus modelos y sistemas de apartamentos. Como siempre tenía prisa, comenzó aun sin todo el equipamiento completo a construir, no donde hacia falta realmente, si no donde la inspiración divina le dijo.

Ese fue el comienzo de Alamar. Hay testigos de que mientras el mesías miraba hacia el valle que se extiende al pie en una de sus muchas casas, en este caso en Cojimar, profetizó: Desde aquí voy a contemplar como la nueva Habana rodea a la decadente Habana hasta asfixiarla y derrumbarla. Por entonces Eusebio Leal estaba en el convento.

Asi comenzó la segunda locura, la microbrigada y las escuelas secundarias en el campo. Cuando se aburrió, vinieron la casa del medico y la enfermera de la familia (esto solo en la siempre odiada, pero temida Habana). Mientras, la población a esa fecha ya acusaba un déficit habitacional de 700,000 viviendas nacionalmente, y había medio millón de casas al borde del derrumbe.

Para pasar a una demencia paralela, revivieron las micro-brigadas sociales y comenzó a terminar casas que no se habían terminado con obreros sobrantes de todos los ministerios y arreglar algunas cuarterías al borde del derrumbe. Hizo hasta un documental que se lo pasaban a todo el visitante que deseaban se fuera rápido.

Aun así, aunque insuficientemente, poco a poco se recuperaban los niveles de construcción de viviendas hasta que Gorbachov le dijo que en un evento militar se las arreglaran solos. Ahí estaba la nueva gran oportunidad y surgió la idea de la guerra de todo el pueblo. Sus asesores vietnamitas le contaron que con túneles ellos habían derrotado al imperialismo yanqui, aunque el mesias sabía que cuando llegó la paz, estaban al rendirse. Como quiera, esta era una batalla de verdad para él solito derrotar al imperio.

Ahí mismo se volvió a paralizar totalmente la construcción de viviendas y todos fueron convocados a construir túneles hasta el año 1991, cuando al terminar la primera guerra del Golfo se demostró que los refugios y túneles de Saddam Hussein eran material pultáceo para las bombas taladros de los yanquis. Además, en el ínterin, la madrecita Rusia y el indestructible campo socialista estaban muertos y enterrados.

Comenzó el periodo especial y el sálvese el que pueda y todo cuanto se pudo salvar se dedicó a construir o reconstruir hoteles para cualquiera que los comprara, ya que cuando se trata de salvar el castrismo y al mesías, todo lo demás es secundario,

Hace unos años, el entonces infalible Carlos Lage proclamó a todo pulmón que harían 60,000 viviendas por año. De más está decir que nunca se cumplió la cifra, que sólo representa el 40% de las necesidades reales del pueblo.

Esto siguió hasta que el cáncer de su hermano, lo puso a Ud en la difícil situación de gobernar.

¿Que se encuentra hoy Ud respecto a la vivienda, señor Modesto?

Un déficit habitacional de 1'700,mil viviendas que no puede solucionar toda vez que tiene un Ministerio de la Construcción paralizado por la falta de equipos en general, necesitado de una renovación muy cara para sus tacaños propósitos y una enorme deserción interna de albañiles y carpinteros que escogen lo mismo legal que ilegalmente, dedicarse al cuentapropismo. Además, tiene cerca de 2,500 constructores haciendo casas en Venezuela para que Hugo Chávez sea reelegido, amén de otros tantos constructores en "otras misiones".

Esto lo ha llevado al sarcasmo de abrir 1000 tiendas para vender algunos materiales de la construcción al 300% de su costo para que todo el que quiera (y tenga) el dinero suficiente construya su casita con su propio esfuerzo y asi ud. se pueda dedicar cómodamente a construir condominios en las Seychelles, las Canarias u hoteles en Angola, que son las "otras misiones" precitadas.

Y mientras, ¿dónde vivo yo?, preguntarán más de un millón de cubanos.

paulino, alfonso@yahoo.com

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