
Escrito por Juan Gonzalez Febles
Lawton, La Habana
10 de julio de 2011
(PD) En Cuba, los médicos aconsejan a los pacientes que beban orines. La falta de medicamentos y la nueva campaña dirigida al ahorro de reactivos y pruebas si se trata de gente común, obligan a cada médico cubano a convertirse en un mago del diagnóstico, ya que como repiten: "En Cuba la medicina es gratuita, pero cuesta".
Esto, le cuesta cada vez más caro al cubano de a pie.
Quizás por ello escuché a uno de mis vecinos que muy molesto decía: "Primero nos obligan a comer mierda, ahora tenemos que tomar meao, ¿¡hasta cuando coño!?".
Coincidentemente, el aliado de Venezuela enfermó de repente. Fue operado de urgencia y desconocemos si además ha bebido orines que por acá, está clínicamente de moda. Esto disparó los rumores y algo más desde esta orilla. Nos castigaron con una tediosa aunque sentida deposición de Chávez, que felizmente parecía despedirse. Para colmo, sufrimos la repetición de un pésimo material sobre los dos Comandantes. La TV oficial lo reprodujo una y otra vez.
En medio de tanta alharaca, el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, cerró definitivamente el acceso de los cubanos a los cíber cafés que funcionan en los hoteles de turismo a los nacionales. Esta vez fue sin eufemismos. Anteriormente lo cerraron y argumentaron que el servicio sería sólo para huéspedes. Cómo entre las neo "reformas" raulistas se le dio bombo, platillos y fuegos de artificio a la medida que "autorizaba" a los nacionales para hospedarse en "igualdad" de condiciones con los extranjeros en los hoteles de turismo, todo quedaría en que la medida no discriminaba a los cubanos. Bueno, si usted lo desea y tiene con qué, se hospeda en un hotel y disfruta de Internet y todo lo demás.
El caso es que la despedida de Chávez creó un virtual estado de emergencia en la gerontocracia que cerró a cal y canto puertas y ventanas. No Internet ni fuente de información alternativa alguna. Mesa Redonda y no hay más ná.
Entonces, como familia es familia, desde la otra orilla, Mario Díaz-Balart intenta y quizás hasta consiga cerrar la otra ventana en el ala norte. Sobre los Díaz-Balart, poco hay que decir. Están entre los mejores promotores de lo peor. No consiguen hacer o promover algo que verdaderamente vaya contra la dictadura que dicen repudiar y ya son demasiadas las veces que han cometido errores que o bien perjudican la lucha en Cuba o para mal benefician al gobierno. Los bromistas por acá dicen que la próxima propuesta de los Díaz-Balart, podría ser una versión yuma de la tarjeta blanca, que allá para variar podría ser azul.
Entre casualidades y coincidencias la prensa oficial informa sobre que se autoriza la compraventa de inmuebles y que además se flexibiliza el trámite de las permutas. Las nuevas disposiciones autorizan a los plebeyos (la mayoría) a la tenencia de una sola casa. Nadie que no sea del núcleo duro podrá disponer de más de una casa. Esto me hizo recordar otros tiempos en que recién nos enterábamos de que el Comandante tenía varias decenas de casas desperdigadas por el archipiélago. ¿Habrá entregado alguna o simplemente las repartió entre la familia?
Por acá también se comenta que a Chávez lo piensan enterrar en Cuba. Las apuestas oscilan entre si será enterrado allá lejos por el oriente del país, quizás junto al bailarín español Antonio Gades y la emérita señora Espín, o si lo hará en compañía de su admirado mentor en el mausoleo que le consagrarán en algún sitio. Ciertamente, va a ser muy conmovedor tenerlos juntitos al fin. Sobre todo, callados.
El avispado y sagaz historiador de la ciudad, el Sr. Leal Spengler, amenaza con un material televisivo a estrenar (donde si no) en Mesa Redonda. La nueva entrega, destacará el valor y heroísmo de los soldados españoles en la Guerra Hispano Cubano Americana, de finales del siglo XIX. A fin de cuentas, aquellos quintos han sido los únicos soldados que han enfrentado en suelo cubano al "imperialismo yankee", apoyados eso si, por algunos mambises "confundidos". Esperemos que no haya más casualidades ni coincidencias y que la inteligencia española no consiga volver a hacer la media a sus aliados cubanos, desde algún otro sitio con alguna otra medida. Con la charada del cardenal es suficiente. Uno llega a preguntarse: ¿Hasta cuándo?
Esperemos lo mejor, con mente positiva de vaso medio lleno. Quizás estamos a las puertas de un gran entierro y mirado con mente más positiva, quizás hasta dos. ¿Podrían ser tres?
juanchogonzal@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario