sábado, 23 de julio de 2011

No los entendemos


Escrito por Adolfo Pablo Borrazá


Centro Habana, La Habana


23 de julio de 2011


(PD) Ahora que por estos días estuvieron en auge las palabras de Fidel Castro a los intelectuales cubanos, aquella noche del 30 de junio de 1961en la Biblioteca Nacional, y el llamado de su hermano Raúl a concretar los lineamientos ¿aprobados? en el congreso, cabe preguntarse, para no cometer los mismos errores que nos llevan directo al precipicio. ¿Qué hace falta para tener al fin todo lo prometido?

Expresa el menor de los Castro, que la sociedad criolla nunca comprendió lo que decía Fidel Castro. El pensamiento del Máximo Líder, divino y omnipresente que suele ser, fue malinterpretado por Cuba toda. Incluso por Raúl, Ramiro Valdés, Alfredo Guevara y un largo etcétera de camaradas allegados al anciano.

Como el precipicio se ve bien cerca y el orgullo de los hermanos de Birán es más profundo aún, suerte para ellos es trabajar en equipo. De esta manera resulta eficaz echarle la culpa a otros de los fracasos personales.

Pero los cubanos, salvados del analfabetismo hace 40 años y que aprendimos a no pensar, pues papá estado era tan misericordioso que lo hacía por todos, nunca supimos entender las promesas del sabio comandante en jefe.

Las promesas tardan, pero llegarán. Los refugios hechos en los años 70 y 80 para protegernos de la invasión imperialista, aguardan por nosotros. Aunque se llenen de marabú y este provoque pugnas entre los cubanos y las vacas cuando vengan los yumas y junto a los alimentos nos quiten los maestros emergentes, la media libre de aceite mensual, el periodo especial, la libreta de racionamiento, la sonrisa podrida, los oxiuros, el dengue, los apagones, y otras cosas endémicas.

La conversión de la bahía de la Habana en una gran laguna de leche ha tardado un poco. Otros asuntos de importancia como la zafra de los 10 millones, la UMAP, la microfraccion y los contrarrevolucionarios, llamaron la atención del hermanísimo. Sin embargo, Raúl aseguró hace un lustro que el vaso de leche en nuestra mesa no faltaría.

Va y ahora que el bloqueo imperialista no tiene tanta culpa en nuestros avatares, los lineamientos acordados recientemente cumplan a cabalidad la plataforma programática del 1er congreso del PCC en 1976.

Aunque el sistema no sirva ni para nosotros mismos, bien vale su actualización. Quizás con ella podamos quitarnos el malévolo permiso de salida y viajar sin temor a perder nuestra ciudadanía. O residir en otra nación sin recibir la etiqueta de vendepatria.

Los esfuerzos hechos en medio siglo nos han embotado la mente. De tanto sacrificio realizado no entendimos, (torpes que somos) que el Líder Máximo solo quería lo mejor para la isla. Por eso reprimió a los homosexuales y encarceló a los que desechaban las doctrinas correctas.
Pero todo es agua pasada. Llegó el comandante y mandó a parar. Su revolución siempre estuvo ahí para enseñarnos que sin luz, frijoles, internet e información, los cubanos podíamos vivir y cuando hiciera falta, entregar todo a la patria… o a la muerte.

Luego de 50 años de mensajes cifrados por el invencible Líder, es hora de abrir nuestras mentes y comprender de una vez por todas lo que quiere decir. Para eso está Raúl que promete engordar nuestros bolsillos y llenar las mesas de comida.

No nos amilanemos. Solo un poco más de tiempo y cuando los lineamientos se acoplen al discurso de marras y la generación de ancianos rebeldes desaparezca, las promesas serán cumplidas.

Con tantos chillidos todos estos años sin soltar el poder, los cubanos tenemos que agudizar el oído para discernir que quieren decir nuestros caciques. Es evidente que no los entendemos. Mucho más ahora que chochean.

adolfo_pablo@yahoo.com

underworldcubano.wordpress.com

Twitter @fofyto34

Foto: Marcelo López

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