martes, 26 de julio de 2011
Tras la madeja del tiempo
Escrito por Miguel Iturria Savon
El Cotorro, La Habana
26 de julio de 2011
(PD) El tiempo, elementos del entorno cienfueguero y otras inquietudes creativas conviven en las propuestas del quinteto de artistas de la Perla del Sur que exponen en julio en Villa Manuela, templo visual de la UNEAC en La Habana, donde tres ex integrantes del experimental Grupo Punto (William Pérez Fernández, Juan K. Echeverría y Adrián Rumbaut) comparten espacio con Alexander Morales Núñez y Vladimir Rodríguez Sánchez.
Impresionan al visitante piezas del 2011 de elevado nivel visual y alegórico como Diagramas Pictóricos (técnica mixta sobre tela y madera), de Adrián Rumbaut; Animal de poder (acrílico sobre lienzo y objeto), de Alexander Morales); Mundo Plano (rayado sobre plancha de acrílico, madera y fibra óptica), de William Pérez; la instalación Los Ibeyis (barro cocido, metal patinado y yeso sobre tierra), de Vladimir Rodríguez, y Justicia poética (madera, yeso, metal, plástico y pigmento), representativos de la diversidad técnica, experimental y del lenguaje alusivo de los artífices.
La diversidad que emerge del imaginario de cada creador parece ser el signo que aglutina a los virtuosos de Punto y Seguido: En busca de la madeja del tiempo, una muestra en sintonía con la tendencia general del arte cubano contemporáneo y con el acontecer plástico de la ciudad de Cienfuegos, cuyo entorno gravita en la heterogeneidad de estos pintores, nacidos en las décadas del sesenta y el setenta del siglo XX.
Salvo el profesor Juan K. Echeverría Franco (Cienfuegos, 1962), de formación autodidacta y fundador del Grupo Punto, el resto de los exponentes poseen títulos de las academias provinciales de artes plásticas de Cienfuegos y Santa Clara, aunque Vladimir Rodríguez es arquitecto, mientras Adrián Rumbaut procede de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, William Pérez de la Academia Nacional de Bellas Artes (San Alejandro) y Alexander Morales del Instituto Superior de Arte (ISA), situadas en La Habana.
Al decir de Carina Pino Santos, autora del catálogo, la muestra aborda "...una articulación de poéticas individuales cuyo único vínculo inmediato más visible es ser coterráneos, hecho, por cierto, nada desestimable si pensamos en los puntuales antecedentes de la historia artística de la hermosa Perla del Sur. Desde los preciados aportes de las obras del escultor Mateo Torriente, sin olvidar aquellos de los pintores naif que nucleara Samuel Feijoo, entre los que se halla Julián Espinosa, el entrañable y peculiar Wayacón, así como otros pintores primitivos, o los renovadores afanes que se proponía el Grupo Punto que, a fines del siglo XX, desplegó en Cienfuegos una intensidad tal que desborda cualquier intento de apresarlo en un espíritu únicamente local..."
Esa sintonía generacional, sus contextos y disimilitudes creativas, se contextualizan ahora en obras que retoman la preocupación por el tiempo en lo existencial, histórico, filosófico o estético, palpables en las poéticas de William Pérez, cuyos artefactos "propician una lectura inclusiva de lo objetual y tecnológico"; en el toro de Alexander Morales, más irónico que metafórico; en cuya antípoda figura Vladimir Rodríguez, quien asume en su instalación atemporal "una gestualidad que pudiese dejar perplejo al espectador del siglo XXI"; en tanto Adrián Rumbaut "exalta la pintura desde un examen abstracto", y J.K. Echeverría "toma de la iconografía de nuestra identidad histórica y nos remite a la plástica de los noventa cuando una obsesión por la identidad y/o la insularidad recorrió las imágenes del arte cubano".
Hasta aquí lo mínimo de Punto y Seguido en Villa Manuela, valga para estimular la visita o interactuar con los creadores desde Internet, el cyber espacio es también un lugar para buscar la madeja del tiempo.
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