sábado, 27 de agosto de 2011
¿Dónde están los cambios?
Escrito por Adolfo Pablo Borrazá
Centro Habana, La Habana
27 de agosto de 2011
(PD) Luego de la reciente boda entre la transexual Wendy Iriepa y el opositor gay Ignacio Estrada, muchas voces fuera del país, han sonado y exclaman que en Cuba empiezan a haber inusitados cambios.
En una actitud ignorante e insensible, esas barahúndas extranjeras alegan que en décadas pasadas era imposible que un casamiento de ese tipo ocurriera. Con la ilusión a cuestas y la venda roja tapándole los ojos a estos incautos, era predecible que algo así se enunciara.
Momentos antes de redactar este artículo, conversé con la Dama de Blanco Laura Pollán, quien me refería sobre el mitin de repudio que hicieron las turbas gubernamentales en su casa de la calle Neptuno ocasionándoles serias heridas a varias de ellas.
Día después que Iriepa y Estrada se declararan marido y mujer, otras damas de blanco, pero de las provincias orientales, recibían también la misma dosis de odio. En este caso, “el pueblo enardecido” utilizó tijeras, machetes u otros objetos mortales para herir, agredir y escarmentar.
Por escarmentar, tres jóvenes negros fueron fusilados en el 2003 por intentar salir ilegalmente del país. En ese mismo año, 75 personas fueron sentenciadas, en juicios sumarios por “atentar contra la independencia o la integridad territorial del estado”, en una ley abusiva bien llamada por activistas de derechos civiles como ley mordaza. Curiosamente, el parlamento cubano pidió en días recientes casi a gritos, adecuar esa legislación. Lo que significa que más personas corren el riesgo de entrar a prisión sencillamente por disentir del régimen en alta voz.
Luego de medio siglo de revolución, y cinco años desde que algunos soñadores creyeron que Raúl Castro (ya que Fidel no pudo) efectuaría los ansiados cambios, la cúpula gobernante aun mantiene la libreta de racionamiento, la prohibición de viajar y la ley de peligrosidad social pre-delictiva. ¿Dónde están los cambios de los que tanto hablan?
Quizás algunos quiméricos den sus vidas porque la revolución amada acabe de demostrar de una vez y por todas que funciona. A toda costa desean demostrar que las modestas reformas que ejecuta el Castro menor, son el agujero que conduce al pueblo cubano al País de las Maravillas.
Olvidan y desestiman que quienes mandan son los que han dicho infinidades de veces que el socialismo en Cuba es irrevocable. En una estrategia astuta para enamorar a la nación, se pronuncian a favor de una reforma migratoria. ¿Por qué precisamente ahora? ¿No había antes tiempo suficiente para ello? ¿Será porque según aseguran los hermanos Castro están muy enfermos?
¿Qué tendrá que ver un matrimonio inusual con los verdaderos cambios en Cuba? Es absurdo creer que una boda entre personas de la comunidad LGBT signifique los cambios que fanáticos del socialismo cubano gritan a toda voz. El matrimonio realizado, no es el indicio para afirmar que por fin entramos al mundo de OZ, donde todo se vuelve mágico.
Lo acontecido hasta ahora es mera reposición que ha dado al traste con expresiones pueriles. Por más que busque, no veo por ningún lado las reformas que se llevan a cabo. Como un tentempié, el socialismo cubano parece que se mueve, pero lo cierto es que se mantiene estático. Así no más.
Foto: PD
adolfo_pablo@yahoo.com
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