lunes, 29 de agosto de 2011
Fariñas prepara un libro sobre líderes opositores cubanos
El doctor Fariñas conversó de varios temas con Martí Noticias y adelantó que su libro "La unidad postergada" donde detalla los tipos de líderes de la oposición cubana, saldrá publicado este agosto.
David Sosa/ Especial para martinoticias.com 29 de agosto de 2011
Foto: Reuters
Por su activismo en pro de los derechos humanos en Cuba a Guillermo Fariñas le fue concedido en 2010 el Premio Sajárov del Parlamento Europeo por la libertad de pensamiento.
El psicólogo y periodista independiente, es uno de los rostros más visibles de la oposición pacífica cubana. Ha protagonizado más de una veintena de huelgas de hambre para protestar contra los gobiernos de Fidel y Raúl Castro, bajo cuyos mandatos ha sido encarcelado varias veces.
Usando como única arma su cuerpo, que guarda como trofeos de batalla un sinnúmero de secuelas, el opositor Guillermo Fariñas ha protestado por la muerte de Orlando Zapata Tamayo y del opositor Juan Soto, llevando su ayuno hasta límites que, según muchos analistas, ha hecho ceder al castrismo en la liberación de presos políticos. Por su activismo en pro de los derechos humanos en Cuba, le fue concedido en 2010 el Premio Sajárov del Parlamento Europeo por la libertad de pensamiento.
Desde su casa en Santa Clara, haciendo un alto en una reunión de trabajo, el doctor Fariñas conversó de varios temas con Martí Noticias y adelantó que está escribiendo un libro que saldrá publicado este agosto.
¿Podría decirme cómo está su salud?
Estoy con siete inflamaciones del brazo izquierdo, a veces se me inflama un poco el cuello, aparte la clavícula y la mejilla... estamos haciendo reposo y sigo un tratamiento fundamentalmente con anticoagulantes.
¿Qué se viene en esta etapa de su lucha por los derechos humanos en Cuba?
Creo que ahora lo más importante es lograr junto con algunos hermanos de lucha una plataforma común que permita solidificar la unidad, dentro de la diversidad, en la oposición pacífica cubana. En eso es en lo que está enfrascado un grupo de personas.
Cuando Raúl Castro anunció su paquete de reformas, algunos en el extranjero creyeron que Cuba se abriría un poco. Hoy sabemos que los cambios han sido mínimos y cosméticos, ¿cómo ve usted estas reformas impulsadas por Raúl Castro?
Bueno, yo lo que veo son algunos movimientos para mantenerse en el poder, perpetuarse para, en primer lugar, impedir que haya un estallido social que pueda dar al traste con la dictadura de 52 años. Hay varios precedentes de que si el pueblo se lanza a la calle, y es ametrallado, la ONU puede intervenir. Eso es lo primero que ellos están tratando de prevenir. Y en segundo lugar están haciendo toda una serie de cambios económicos para que su modelo continúe tras la desaparición de la llamada “generación histórica” de la Revolución. Ellos saben que esto es una cosa mucho más difícil de lograr, por el mismo contexto internacional, y ahora mismo están tratando de evitar cualquier manifestación de descontento dentro de la oposición, y dentro de la ciudadanía (que es a lo que más ellos le temen) porque ya la oposición se quitó el antifaz, pero la ciudadanía, no. Por eso están dando esas golpizas terribles, sobre todo en la región oriental, aunque también se producen en la parte central y occidental del país.
¿Se mantiene muy intenso el acoso policial contra usted o ha cedido?
No, la vigilancia continúa constantemente, la semana pasada nosotros tuvimos que ir a una gestión al Parque Central de Santa Clara, entramos a una farmacia y cuando salimos, nos encontramos con que había decenas de policías “preventivamente” por si hacíamos alguna manifestación pública. Simple y llanamente nos regresamos a la casa porque, como le dije antes, estamos en una etapa de reposo médico. Ahora estamos dedicados a escribir y darle consejo a otros hermanos que están en la batalla civilista. Ellos (la Policía) sí tienen un chequeo constante, no solo sobre mí sino sobre cualquier opositor porque temen que se les vaya de las manos la situación. A veces uno va en un medio de transporte público (en el caso de Cuba el medio de transporte fundamental son los carretones de caballos: hemos vuelto al siglo XIX) y uno a veces se pregunta: ¿quién es el opositor, quién es el disidente? Porque lo que la ciudadanía viene criticando públicamente, distintas manifestaciones gubernamentales autoritarias, uno se pregunta entonces si es el opositor, o son los que van en ese medio de transporte.
Usted dice que está dedicado a escribir, ¿está preparando un próximo libro?
Sí, estoy terminando un libro que se llama La unidad postergada que debe salir para el mes de agosto. Es un libro que hace un análisis abstracto de los tipos de líderes de la oposición cubana y cómo influyen en la no cohesión que se necesita en este momento histórico. También estamos redactando artículos semanales para el foro Cubanacán Press, un blog digital del que yo soy parte en su consejo de redacción.
¿Hay desunión entre la oposición cubana? ¿Cómo son sus relaciones con Yoani Sánchez y con el Dr. Oscar Elías Biscet?
En el caso de Oscar Elías Biscet ya nosotros hicimos un documento en su momento apoyando su candidatura para Premio Nobel de la Paz. Le puedo decir que estamos en el grupo juntos para crear una plataforma unitaria donde prioricemos los puntos que nos unen y abandonemos los que nos separan. En cuanto a Yoani Sánchez, ella nos ayudó a instalar el blog Cubanacán Press , es la que constantemente nos está apoyando en esos menesteres, en los que es avezada. Tenemos buenas relaciones con esas dos personas.
Usted ha dicho que no le interesa abandonar Cuba. ¿Sigue en esa posición o si alguien se lo propone saldría al exilio?
Yo respeto a esos cubanos (que son la mayoría) que quieren abandonar Cuba por la situación política, económica y social que hay porque las personas tienen miedo, por su familiares, de que aquí se desate una guerra civil. Yo respeto esa posición, pero considero que independientemente de los derechos individuales de cada persona, los cubanos que somos anticastristas no tenemos por qué irnos de aquí. Como tampoco tienen que irse los castristas. Creo que hay que aprender a convivir entre nosotros porque en un final tenemos una condición que nos une: ser cubanos. Yo no les exijo a ellos que se vayan, pero tampoco les acepto que me empujen para que me tenga que ir de mi propio país.
Hace unos días se presentó en la UNEAC, después de cuarenta años de silenciamiento y ataques contra él, un libro sobre el escritor Guillermo Cabrera Infante. ¿Qué opinión le merece ese hecho?
Yo pienso que es una gran hipocresía, el gobierno cubano y sus editorialistas, sacan un libro sobre Guillermo Cabrera Infante porque ... es que hasta hace poco la Mesa Redonda –el programa oficial del Partido Comunista- lo estuvo criticando. Lo están sacando ahora porque usan su figura como una especie de necrofilia. Están usando a Virgilio Piñera, a José Lezama Lima, pero mientras estuvieron vivos estuvieron condenados al ostracismo y la represión. Ahora que están muertos, que no pueden decir nada, hasta cierto punto no son tan peligrosos para el sistema de control social del Partido Comunista, que en un final maneja el área cultural.
¿Cree que lo que ha pasado en Libia con el dictador Gaddafi tiene preocupado al gobierno militar cubano?
Ellos saben que existe una serie de precedentes, que si la ciudadanía es impunemente ametrallada por los militares va a haber una intervención de la ONU. Y están golpeando no precisamente por los opositores (que tomaron la determinación de enfrentar, a cara descubierta, al Gobierno) sino que están tratando de que la ciudadanía -encolerizada con una serie de medidas económicas, políticas y sociales- no se una a esos opositores. Están mandándole el mensaje de que si se lanzan a la calle van a ser víctimas de los mismos métodos violentos que le están aplicando a la oposición pacífica.
¿Cómo ve usted que en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador estén avanzando regímenes de tendencia totalitaria, como el de Cuba?
Si usted me hubiese hecho esa pregunta hace cuatro o cinco años yo le hubiese dicho que estaba un poco pesimista, pero independientemente de Venezuela, Bolivia y Ecuador todos los otros gobiernos de izquierda que han triunfado han tomado el camino de una izquierda moderada. Creo que el peor enemigo que tienen Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, y el propio Raúl Castro, es precisamente la izquierda moderada, y no la derecha. Ellos están abriendo la posibilidad de que no hay que radicalizarse como izquierda para darle beneficios económicos, políticos y sociales a sus respectivos pueblos. Creo que el peor enemigo que tiene Hugo Chávez es Lula da Silva, independientemente que ante las cámaras estén muy sonrientes. Ellos están dando una alternativa de una izquierda respetuosa de la democracia y del estado de derecho, que no es el caso de Correa, Chávez y Morales.
Por último, ¿cómo vislumbra usted el futuro de Cuba?
Yo vislumbro el futuro a mediano plazo de Cuba como un futuro democrático, de libertades, de pluralismo político, de libertades económicas, culturales, de creación. Lo que todavía no está claro para mí es cómo va a llegarse a eso, si a través de la violencia que propugna el gobierno, o a través del pacifismo, como propugna la oposición interna. Eso es lo que está por dilucidarse. Pero indiscutiblemente varias generaciones de cubanos están anhelando vivir en un país democrático.
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