Luego de subrayar que esta fórmula del “voto unido” es la vía que tiene el Partido para llegar al poder, Laritza Diversent puntualizó que el presidente nunca es elegido de forma directa por la población.
martinoticias.com 24 de agosto de 2011
Diversent se pregunta por qué no someter a Raúl Castro a un proceso directo en el que la población lo elija o rechace.
Los cambios que pretende hacer el Partido Comunista de Cuba no son realmente reformas sino una táctica de sobrevivencia e irían en la dirección de garantizar la permanencia de esta agrupación política en el poder, ha asegurado desde La Habana la abogada Laritza Diversent.
En conversación con el periodista Tomás Cardoso para el programa Cuba al día, la jurista explicó que aunque el Partido –única fuerza política legalizada- no participa directamente en las elecciones, sus militantes si, y ello hace posible que se cumplan sus lineamientos desde la bases hasta las altas esferas.
Para Diversent la Séptima Conferencia del Partido, a realizarse a principios de 2012, está dirigida a reforzar las candidaturas y analizar la membresía y su política de cuadros para lograr una identidad entre el Partido y el gobierno.
Explicó la abogada que las elecciones tienen “una pata coja” porque se proponen sólo los candidatos que sean propuestos por la comisión de candidatura, lo que quiere decir que la población no tiene la posibilidad de incluir sus candidatos.
La trampa, según la jurista, está en el “voto unido” porque estas personas propuestas por las organizaciones sociales necesitan para ser elegidos el 50 más 1 de los sufragios y por eso se le pide a la población que vote por todos los candidatos que aparecen en la boleta, lo que convierte al proceso en una “votación” y no en una elección.
Luego de subrayar que esta fórmula del “voto unido” es la vía que tiene el Partido para llegar al poder, la abogada puntualizó que el presidente nunca es elegido de forma directa por la población sino que llega a su cargo por medio del proceso de diputados elegidos en localidades municipales y que luego la Asamblea Nacional aprueba en representación de toda la ciudadanía.
Finalmente Diversent se pregunta por qué no someter a Raúl Castro a un proceso directo en el que la población lo elija o rechace, con independencia de las elecciones para los cargos del legislativo.
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