domingo, 28 de agosto de 2011

Obstrucciones en la red



Escrito por Jorge Olivera Castillo


Habana Vieja, La Habana


28 de agosto de 2011


(PD) En Cuba, mencionar Facebook y Twitter todavía genera muecas de ignorancia e interpretaciones que harían palidecer a sus creadores, los norteamericanos Mark Zukecberg y Jack Dorsey respectivamente. Están quienes piensan que son los nombres de dos personajes ficticios, semejantes a Batman y Robin. Otros presumen que les toman el pelo.

En fin, que en la Isla, tanto el conocimiento de la existencia, como las posibilidades para el disfrute de ambas redes sociales, permanece restringido a muy pocas personas.

Todo parece indicar que las puertas para el acceso a Internet permanecerán con las mismas cerraduras. Que estén levemente abiertas, en un momento determinado, no quiere decir que desaparezcan las amenazas del portazo que precede el accionar de los cerrojos.

La instalación del cable de fibra óptica procedente de Venezuela nada aporta en el sentido de permitir la libre conexión de los ciudadanos cubanos a la red de redes. A los potenciales usuarios, si acaso los hay algún día, les comunicarán los requisitos a cumplir y los castigos a padecer si quebrantan las disposiciones, además de presumir que los ciberpolicías estarán en alerta máxima todo el tiempo.

Para un cubano poder conectarse a internet debe pagar aproximadamente 7 u 8 dólares, como mínimo, en los cibercafés instalados en los hoteles para el turismo. Casi la mitad del salario promedio al mes, estimado en unos 20 dólares. Es decir, que beneficiarse, por esta vía, con las posibilidades que brindan Facebook y Twitter, seguirá siendo una quimera.

Precisamente por estos días se advierte una ofensiva con el objetivo de restringir el acceso al ciberespacio. En empresas y sectores autorizados a emplear estas herramientas de la modernidad, se asoma el fantasma de la censura con mayor virulencia.

Por otro lado, también se comenta sobre la intensificación de las pesquisas para detectar la venta ilícita de conexiones desde servidores estatales. Este mercado se ha expandido a partir de lo lucrativo que resulta para los proveedores. Por 24 horas diarias de Internet hay cientos de coterráneos que desembolsan mensualmente alrededor de 180 dólares. También existe la posibilidad de ajustar las horas de alquiler de acuerdo a la cobertura monetaria del cliente.
A seis meses de la llegada del cable que posibilitaría el mejoramiento de la conectividad, se refuerzan los controles y se reducen las expectativas en relación a una apertura en el área de las comunicaciones.

Las dictaduras no pueden ir al compás de la revolución científico-técnica. Su hábitat natural debe estar regido por las prohibiciones y la manipulación. Sin servidumbre, es imposible articular este tipo de gobiernos que venden la falaz idea de poder construir el paraíso en la tierra.

Ya no son necesarios el cepo y el grillete para el sojuzgamiento. Basta reforzar los muros para que nadie pueda familiarizarse con Facebook y Twitter, entre otras añejas aberraciones. No obstante, con un poco de esfuerzo se consigue atravesar las gruesas paredes de la censura. Solo hay que proponérselo.

oliverajorge75@yahoo.com

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