Escrito por Roberto Valdivia
Ciego de Ávila
16 de agosto de 2011
(PD) Desde que se conoció la noticia de que a la provincia Ciego de Ávila se le otorgó la sede del acto central conmemorativo del 26 de julio, los sistemas informativos del régimen iniciaron una campaña dirigida a demostrar a la opinión pública nacional y extranjera, los logros alcanzados por el territorio avileño, una manera muy astuta de calzar la decisión del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, con un beneplácito popular. Según los medios oficiales, la provincia exhibe resultados positivos en todas las esferas socio económicas.
Siempre que surge este tipo de eventos, se extreman las medidas radicales e incrementan el envío de abastecimientos hacia el territorio escogido. Todo un montaje que a los ojos del visitante, es sinónimo de bienestar, desarrollo y felicidad colectiva. Cuando todo concluye, la vida vuelve a la normalidad que no es más que la escasez y las penurias que durante más de cincuenta años, enfrenta el pueblo de Cuba. Si por cada vez que celebran un 26 de julio, fuera consecuencia de la solución de los problemas que agobian al pueblo, Cuba fuera un país desarrollado. Sin embargo después de tanto 26, el país enfrenta su peor crisis económica.
Lo que no dijo la prensa oficialista es que el jueves 7 de julio, en vísperas del anuncio oficial de que Ciego de Ávila era sede del acto nacional, fuerzas combinadas de la policía y tropas especiales del Ministerio del Interior, conocidas como “Avispas Negras”, con una dotación de perros, raza pastor alemán, realizaron un operativo contra la población en el céntrico boulevard avileño y en las inmediaciones del Parque José Martí, lugares de mayor concentración de personas en la provincia. Ante el asombro de todos y sin motivo aparente, militares solicitaban la presentación del carné de identidad a transeúntes. Algunos pensaron que se trataba de búsqueda y captura de prófugos o de algún robo o delito de importancia. En realidad, era sólo una demostración de fuerza en aras de garantizar la “tranquilidad ciudadana”.
El asedio policial se mantuvo durante los días previos al acto, finalizado este, desapareció el hostigamiento. Esto resulta muy contradictorio con el apoyo popular que según el gobierno tenían tales actividades. Tampoco fue informado que durante el jolgorio gubernamental, más de veinte familias del Reparto Canaleta en la ciudad sede, enfrentaron la amenaza de ser desalojadas de sus viviendas, construidas con esfuerzo propio y materiales desechables, cartón, madera, bloques, etc. Estas personas, declaradas ilegales por las autoridades, protagonizaron una protesta en las Oficinas Municipales de Vivienda, que concluyó en la sede del Comité Provincial del Partido Comunista. Allí para ganar tiempo y evitar males mayores, les extendieron una prórroga en el plazo de desalojo.
Este no fue un caso aislado. Existen varias familias en similar situación. La construcción y reparación de viviendas, prácticamente está paralizada. No hay disponibilidad de recursos y lo poco que existe, es para casos priorizados: afectaciones de huracanes, incendios, funcionarios y dirigentes. Nada se publicó sobre los detenidos con expediente de fase preparatoria, vinculados al sector educacional y el Combinado Poligráfico, acusados de protagonizar el más formidable fraude académico detectado en el territorio avileño. Entregaron anticipadamente las pruebas académicas finales de 9no grado de las Escuelas Secundarias Básicas urbanas con el objetivo de posterior venta de exámenes, a precios que oscilaron entre los 4-5 cuc, equivalentes a 100-125cup, al cambio actual. Ejemplo fehaciente de la creciente corrupción en las esferas administrativas del gobierno y que trajo por consiguiente la repetición de exámenes con la emergente protesta y disgusto de educandos, maestros y padres.
Los ejemplos sobre manipulación y censura informativa son incontables. Luego de concluido el acto y a esta altura, muchos se preguntan por qué el presidente Raúl Castro no pronunció las palabras de clausura del mismo. O por qué no felicitó públicamente, al pueblo de Ciego de Ávila. Tal parece que las cosas no eran tan color de rosa como afirman los partes informativos.
martinroberto51@yahoo.es
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