lunes, 31 de octubre de 2011

Lo inaudito de todo esto




Lunes, 31 de Octubre de 2011 03:47


Escrito por Paulino Alfonso Estévez


Lawton, La Habana


(PD) El viernes 14 de octubre murió en muy extrañas circunstancias, quien por mérito propio ya brilla en el martirologio cubano y que a partir de hoy será quien nos guie como tantos otros a continuar sin descanso la lucha por la libertad de nuestra escarnecida patria: la Dama de Blanco Laura Pollan Toledo.

Laurita, como la llamábamos sus hermanos, inició desde el más oscuro anonimato una lucha que en pocos años logró lo que no habían logrado en décadas ni siquiera gobiernos: arrancar a la dictadura castrista su más preciado tesoro, la vida de 75 rehenes que mantenían en las mazmorras del MININT. Estos dignos hombres formaban parte del caudal político con el que la dictadura negoció beneficios y de paso utilizaba para atemorizar a la oposición.

Siempre estará presente la pequeña mujer de blanco arrastrada, pateada y ofendida sin misericordia por la esbirrada castrista, en unión de sus compañeras, pero que todos los domingos volvían a resurgir, con Laurita al frente, con su mensaje de libertad para todos los presos políticos cubanos.

Eso fue suficiente para que Laura fuera denominada por el régimen como un objetivo de interés estatal y se priorizara su neutralización a cualquier costo. Aparentemente no solo lo lograron física sino también políticamente. Digo esto al observar la vergonzosa indiferencia mostrada ante esta muerte por los gobiernos latinoamericanos en su totalidad.
Incluso países que se han caracterizado por su oposición meridiana a la dictadura castrista, no han proferido ni la más leve condolencia.

Además de los "indestructibles amigos" de Chávez, no precisamente de Castro, están los extraviados en diversos rejuegos políticos, que por miedo a explosiones sociales sufragadas por el alter ego del hoy deteriorado anciano, el histriónico Hugo Chávez, temen que terminen con sus periodos presidenciales y por ende, de sus dorados retiros.

Y los indiferentes. Esos para los que Castrolandia existe sólo como suministro de médicos esclavos con que engatusar a las mayorías que están y seguirán sumidas en la pobreza, como el paupérrimo Haití.

Lo inaudito de todo esto es que el estupor y el cuestionamiento a los Castro solo haya venido de la Europa ex-esclava, conocedora de estas prácticas satánicas por parte de los gracias a Dios desaparecidos regímenes comunistas y segundo, que esta vez no haya habido manifestación de condena en la calle 8 de Miami, con artistas invitados y el Canal 23 en transmisión en vivo y en directo, como cuando la "huelga de hambre" de Coco Fariñas.

Es increíble que en nuestro hemisferio no exista un consenso con referencia al castrismo. Esto es entendible en pueblos que han escogido sus gorilas del socialismo del siglo XXI y que para no confrontar penalidades vendieron su dignidad por un barril de petróleo, sino que la SIP emita una flojita declaración que diga "llama mucho la atención la poca solidaridad de los demás países latinoamericanos respecto a las violaciones de los derechos humanos en Cuba"

Si Laurita hubiera esperado en resignación a que la tiranía le hiciera caso a la SIP, a los gobiernos latinoamericanos de turno, a los curas genuflexos y los políticos españoles corruptos, los 75 estarían presos todavía. Por suerte existieron y existirá siempre una Laura Pollán o un Orlando Zapata, dentro de nuestro pueblo, esos que llevan la dignidad que les falta a millones de hambreados y temerosos compatriotas, que cual rebaño se dejan conducir obedientemente al matadero. Una vez más, como dije en tu velorio, Por ti Laura y por todos los demás ¡Viva Cuba Libre!

paulino.alfonso@yahoo.com

Foto: Marcelo López

Durante un encuentro con los abogados.

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