miércoles, 30 de enero de 2013


Alfredo Nicolás Lorenzo
cirilo-villaverdeCuba actualidad, El Cerro, La Habana, (PD) En su texto "Edipo bajo el sol tropical", la ensayista y profesora universitaria Elina Miranda hacía referencia a Antifaces, un comediógrafo del siglo IV a.C., quien "se quejaba amargamente de la fortuna de los escritores de comedia en oposición a los de tragedia, pues mientras los primeros tenían que inventarlo todo –nombres, antecedentes, situaciones, etc., los trágicos solo necesitaban mencionar el nombre de Edipo, por ejemplo, para que el espectador supiera todo lo necesario: quiénes habían sido sus padres; quiénes sus hijos; qué le había acontecido; qué le esperaba a partir de ese momento. ¹
Ese juicio valorativo del comediógrafo Antifaces también pudiera extenderse a lo que ocurre, en sentido general, en la literatura cubana con la novela "Cecilia Valdés o La loma del Ángel", de Cirilo Villaverde: la plena identificación del público cubano con los personajes y conflictos que aborda la novela ha permitido que esta se fije en lo más profundo de nuestra conciencia colectiva. Los mitos, en tanto sintetizan lo eterno, lo arquetípico, se renuevan en el marco de la realidad contemporánea. La intemporalidad de las problemáticas que encierra un mito como el de Edipo, la síntesis de realidades que convoca, es lo que convida a los más disímiles autores de todos los tiempos a retomarlo una y otra vez a despecho de las contingencias sociales e históricas. Y Cecilia también se ha convertido para los cubanos en un mito de polémica y controversia: el de la mulata. Si bien la realidad histórica que representa la novela no tiene un carácter universal, sí sintetiza nuestro eterno nacional: mestiza como Cecilia son la religión, las costumbres, las maneras, la idiosincrasia, la cultura cubana toda.
Las razones por las cuales "Cecilia Valdés" se convierte en una "inolvidable novela" ² y logra sobrepasar su contexto hay que buscarlas, en principio, en el texto mismo. "Cecilia..." es, ciertamente, como muchos críticos han señalado, el exquisito fresco de la sociedad cubana del siglo XIX. ³ Pero si bien lo específico de su época ha quedado atrás, lo que realmente ha permitido que esta sea la novela que más hondo a penetrado en nuestra memoria cultural es la síntesis que consiguió Villaverde de comportamientos, conductas, costumbres y concepciones, muy reveladora de nuestra particular idiosincrasia. A través del conflicto amoroso que se establece entre la mulata Cecilia, el señorito Leonardo y el mulato José Dolores Pimienta, Villaverde da una visión crítica de la sociedad de su época.
La esclavitud, ejercida como sistema socioeconómico durante siglos de dominio español, instituyó la problemática racial en la realidad cubana. La pigmentación de la piel correspondió con marcadas diferencias entre clases sociales. La raza blanca, que devino estrato social dominante, discriminó y marginó durante años al negro y al mulato. Sin embargo, las diferencias étnicas no se dieron solo entre clases distintas, pues en el propio seno de las masas populares estaba presente la auto-discriminación. El deseo del negro y el mestizo de ascender en la escala social, de alcanzar reconocimiento, trajo aparejada la importación de falsas maneras, la imitación de formas de la clase dominante. El estigma étnico devino en una especie de culpa original y motivó el rencor contra la raza propia, de manera que se condensaron concepciones negativas hacia el sujeto de color en la idiosincrasia popular.
Despreciada la esclavitud como régimen determinado por las instituciones de la isla, pasadas las guerras de independencia e, incluso, los años de la neocolonia, los planteamientos éticos y los prejuicios contra el negro y el mulato, planteados a través de los personajes y la anécdota de Cecilia Valdés, se han extendido hasta nuestros días.⁴ Respecto a esta problemática, el reconocido dramaturgo cubano Abelardo Estorino refirió: "Ahí está la formación de la nacionalidad, están todos los conflictos del siglo XIX, y está algo muy importante de Cuba, que es el mito del mulato, en este caso de la mulata. Sabemos que somos un pueblo mestizo y eso esta ahí, como también están las contradicciones que esto implica. Muchos de los prejuicios de la época de Cirilo Villaverde continúan existiendo, porque los prejuicios raciales no se eliminan con leyes, es un problema de conciencia y en muchas conciencias se mantiene todavía."⁵
Esa perdurabilidad de la obra de Villaverde ha propiciado que muchos artistas, desde el particular lenguaje de la manifestación que desarrollan, hayan hecho suyo este coloso de nuestra literatura nacional: el arte lírico, el folletín por entregas, la radionovela, la telenovela, el cine, el ballet, la plástica, la narrativa y el teatro se han convertido en eco de la historia que trazara Villaverde. Entre esos ejemplos cabría mencionar la partitura de Gonzalo Roig, que pauta el libreto de 1932 de Agustín Rodríguez y José Sánchez Arcilla, y que originó la zarzuela de Roberto Blanco estrenada en 1979; los filmes "Cecilia Valdés" (1950), de Jaime Saint-Andrews y "Cecilia" (1980), de Humberto Solás; las recreaciones plásticas "Cecilia I" y "II" de Cosme Proenza; el libro iconográfico "Cecilia Valdés" (1982), conformado por grabados de Antonio Canet; la versión para teatro de títeres "Cecilia Valdés" (1975), de Modesto Centeno; la versión que estrenó el Ballet Nacional de Cuba bajo el título "Mestiza", interpretada por Alicia Alonso; las novelas "Cecilia después o ¿Por qué la Tierra?" (1984), de F. Mond, "La Loma del Ángel" (1985), de Reinaldo Arenas, y "Las aventuras del caballero Narciso" (1994), de Alfredo Antonio Fernández; la obra de teatro "Parece blanca", de Abelardo Estorino, estrenada por el propio dramaturgo en 1992, así como la más reciente adaptación para teatro de títeres "La virgencita de bronce" (2001), de Norge Espinosa.
Al explorar algunas de estas recreaciones, así como el análisis crítico que se ha hecho de ellas, se constata que se basan principalmente en el catalejo de la obra original, y reducen su atención a las semejanzas y equivalencias más que a las transformaciones de sentido. Sin embargo, es necesario entender este tipo de apropiaciones como parte de un proceso en el que convergen códigos y lenguajes que distan de los de la literatura. Ni siquiera las traducciones de obras literarias a un discurso que no dista del de la literatura, como el de los libretos teatrales, o a los guiones para cine o televisión, se basan, necesariamente, en criterios de fidelidad. En virtud de ser fieles al original literario, algunas de estas recreaciones han devenido en operaciones ortodoxas donde la remodelación no consistió más que en un reajuste del extenso texto literario. Un ejemplo de este tipo de interpretaciones es la zarzuela homónima que montara Roberto Blanco, quien reelaboró casi por completo el libreto de Roig-Sánchez Arcilla-Rodríguez y conservó la música original, a la cual añadió algunas piezas que Leo Brouwer compuso especialmente para esta realización.
El drama lírico, si bien nos acerca más a la esencia de los conflictos narrados por Villaverde, adolece de concreción. Tomando el triangulo amoroso Leonardo-Cecilia-Pimienta como conductor de la acción, Roberto Blanco se planteó dar una visión totalizadora de la pirámide de clases sociales de la época, tal y como se evidencia en la novela. Esto trajo como consecuencia que la atención no se centrara en ningún personaje en específico, que se alargara la trama y que no hubiese nuevos aportes desde el punto de vista ideológico. Según la crítica de la época, la recepción de esta obra se comportó de las más variadas formas. Muchos salieron encantados, otros, totalmente frustrados, pues lo que presenciaron no significaba nada nuevo para ellos.
Otras interpretaciones más contemporáneas de "Cecilia...", en cambio, ilustran los resultados de una menor dependencia de la estructura discursiva del texto original y ponen en evidencia cómo, sin traicionar la obra decimonónica, ciertas interpretaciones no buscan establecer un discurso narrativo análogo, sino articular un discurso propio. Estas recreaciones privilegian una u otra problemática: la anécdota amorosa, la denuncia antiesclavista, las divisiones de clases, la problemática racial; aprovechan las amplias repercusiones del mito en nuestra sociedad y nos entregan una particular versión de la obra de Villaverde. Ejemplo de ello son la película "Cecilia", de Humberto Solás, la novela "La Loma del Ángel", de Reinaldo Arenas, y las piezas teatrales "Parece blanca", de Abelardo Estorino, y "La virgencita de bronce", de Norge Espinosa.
La adaptación cinematográfica realizada por Humberto Solás denota la intención de apartarse de la transposición literal del original para proponer una historia más compleja, con autonomía y personalidad propias. Sin ir en detrimento de los aspectos esenciales del libro, la película se propuso ofrecer una visión más contemporánea de este. Lo que hizo Solás fue, como acertadamente apunta Manuel Pereira, "recrear la obra literaria de Cirilo Villaverde. Su intención no ha sido ilustrar cinematográficamente las 735 páginas de la novela".⁶
El proceso de transculturación de la sociedad cubana puesto de manifiesto en la novela se retoma en el guión, pero a través de una particular mirada: "Humberto Solás usa todas las claves a su alcance para mostrar poéticamente el nacimiento y la formación de la nación cubana. Una de esas claves pulsadas por Solás con sabiduría es la de nuestra constelación mítica. El tratamiento de la película es simbólico, pues los mitos afrocubanos no emergen gratuitamente, sino a manera de códigos". ⁷ A través de la identificación de algunos personajes con dioses afrocubanos (Oshún-Cecilia, Changó-Pimienta) y de otras analogías, el director revela las potencialidades contemporáneas de la novela. Estas deidades, como nuestra idiosincrasia, son sincréticas, transculturadas.
Cecilia, a lo largo de los años, ha establecido todo reto a la interpretación artística. Si desde otras manifestaciones artísticas se vuelve difícil asumirla, desde la propia literatura lo es aún más. La importancia que gana como hecho cultural y lo atractivo del tema sedujo a Reinaldo Arenas. En Nueva York, entre 1983 y 1985, Arenas escribe su versión libre de la novela de Villaverde a través de "La Loma del Ángel". Desde el prólogo el autor anuncia que su versión no se reduce a la mera supresión de episodios o historias secundarias, sino que su intención es, sin pretender traicionar objetivos y planteamientos del autor, dar su propia visión de la historia: "La obra no es solamente el espejo moral de una sociedad envilecida (y enriquecida) por la esclavitud, ni del reflejo de las vicisitudes de los esclavos cubanos en el pasado siglo, sino que también es lo que podría llamarse una suma de irreverencias contra todos los convencionalismos y preceptos de aquella época (y en general, de la actual) a través de una serie de incestos sucesivos. La trama de Cecilia Valdés no se limita a las relaciones amorosas entre los dos medio hermanos, sino que toda la novela está permeada de incesantes ramificaciones incestuosas hábilmente insinuadas." ⁸
La obra es una parodia con personajes esperpénticos, caricaturescos, a través de los cuales Arenas satiriza las grandes problemáticas del siglo XIX cubano. La problemática racial (el mestizaje étnico) es explicada por Arenas a partir de una serie de relaciones incestuosas. Mediante el caos, el absurdo y la ironía, las costumbres impostadas, la copia de falsas maneras, el desenfreno por el baile, la sensualidad característica de negros y mulatos, las maneras de vestir, que nada tenían que ver con el clima de nuestro país, son caóticamente ridiculizadas. Reinaldo Arenas construye un texto que, mediante la parodia, pone de relieve la vigencia en nuestra contemporaneidad de conductas, contradicciones y esencias sintetizadas por Villaverde en su novela.
Citas:
¹ Elina Miranda Cancela: "Calzar el coturno americano. Mito, tragedia griega y teatro cubano", Casa Editorial Tablas, Ediciones Alarcos, La Habana, 2006, p. 149.
² Cirilo Villaverde, Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, p. 241
³ Cf. Deschamps Capeaux, Pedro; "Autenticidad de algunos negros y mulatos de Cecilia Valdés", La Gaceta de Cuba, La Habana, n. 81, 1970; de la Cruz, Manuel; "Cecilia Valdés. Impresión", en "Acerca de Cirilo Villaverde", Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1982.
⁴ Cf. González, Reynaldo: "Cecilia Valdés en sus contextos", Contradanzas y latigazos, Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1992.
⁵ Cf. Rivero, Bárbara: "A los 70 años" ADE, n. 45-46, 1998.
⁶ Pereira, Manuel: "Mito y misterio de Cecilia", Cine Cubano, La Habana, n. 102. p. 101.
⁷ Ibídem, p. 103.
⁸ Arenas, Reinaldo: "La loma del Ángel", Ediciones Universal, Miami, Florida, 1995, p.9.
Para Cuba actualidad: alfredonicolaslorenzo4@gmail.com

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