miércoles, 13 de febrero de 2013


Lázaro Yuri Valle Roca
Cuba actualidad, Nuevo Vedado, La Habana, (PD) En estos tiempos de globalización, internet, celulares y adelantos científicos en general, la vida cambia rápidamente, como cambia el sentido común y las aspiraciones de las personas. La cultura, las prioridades y sobre todo el orden jerárquico dentro de la sociedad, también cambian a la par de estos acontecimientos.
Por ejemplo: aquí en Cuba, si quieres ser una persona a quien todos saluden y distingan, y que te paren en la calle para saludarte, solo tienes que comprar un cartón de posturas de aves y pasearte con ellas por tu barrio.
La muchacha bonita que nunca te habla y te mira con desprecio, te preguntará con una tremenda sonrisa: "¿Señor, dónde compró los huevos?" Y yo me sonrojo para contestarle: "Mi vida, en el mercado de 26 y 41".
Entonces te das cuenta de que en ese momento eres muy importante, y pones tus huevos donde todos los vean, para por un instante disfrutar de la sensación.
Parece algo de chiste, pero en realidad es más triste y terrible la historia de los huevos en Cuba desde el año 1959 hasta la fecha -que se dice fácil pero no lo es-.
Me remonto al año 1980, en plena emigración por el muy famoso puerto del Mariel, momento en el que a quienes decidían emigrar para Estados Unidos se les hacían desgarradores y humillantes mítines de repudio donde la plebe "revolucionaria" enardecida les tiraba huevos, entre otras cosas -hasta muertes hubo de parte de los que tomaban esa difícil decisión-.
Después de esa época de aparente bonanza económica, en que se les podía tirar huevos a las personas que eran repudiadas y humilladas, llegó el momento en que todo siguió en la misma crisis de siempre, de la que nunca hemos salido. El que diga otra cosa está loco, o no sabe lo que dice.
Así que no solo se perdieron los huevos, sino todo lo demás. Se comía bistec de cascos de toronja, carne ripiada de frazada de limpiar piso, se perdieron los gatos y hasta los hígados de los muertos se vendían en las morgues de los hospitales y las pizzas hechas con harina de boniato y queso de condones.
Durante cincuenta y tres años, mi Cuba ha sido saqueada y vilipendiada por los totalitarios monarcas, manteniéndola en un estado de crisis del que no ha podido salir ni saldrá mientras los que la han destruido se mantengan en el poder, los mismos que quieren arreglar la economía sin hacer los cambios necesarios, tanto constitucionales como económicos y sistémicos, con la profundidad y seriedad que hace falta.
Promueven el sistema socialista y por la otra parte esquilman a los trabajadores para anunciar un crecimiento económico del 3,1 % que sale del acoso y el lomo de los trabajadores por cuenta propia, de las excesivas multas e impuestos, de los altos precios de los alimentos y también de los mal pagados esclavos que trabajan para el Estado.
La Policía, el Ejército y las dependencias del Partido Comunista de Cuba (PCC) y demás ONG como los CDR, la FMC y la CTC, dependencias del Partido y por ende del Estado, que no producen absolutamente nada -las bien llamadas rémoras del sistema-, tienen privilegios de todo tipo, mientras el pueblo trabajador se ahoga en su sudor y su hambre.
Así que si quieres ser importante por un momento en Cuba, destina 45 pesos de tu salario mensual de 400 pesos (salario promedio) para comprarte un cartón de huevos, el alimento básico del cubano de a pie, que con una postura resuelves una comida para matar el hambre del día.
Así que paséate poniendo tus huevos a la vista, para que seas abordado por todo el que te vea, y puedas sentirte alguien importante en ese momento.
Para Cuba actualidad: yuryvalle1961@gmail.com

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