lunes, 2 de septiembre de 2013

Ilegales en su propia patria


Michel Iroy Rodríguez Ruiz
Cuba noticias, Marianao, La Habana, (PD) Los ciudadanos de otras provincias, principalmente los de las provincias orientales, si no tienen los documentos que les exige el régimen para estar en la capital, son declarados ilegales. Cuando los descubren, si no tienen sus papeles en regla, se ven en aprietos con la policía.
En Cuba, los ciudadanos de otras provincias, para poder estar en La Habana, deben pedir un permiso por un tiempo determinado por el gobierno. Solo tienen derecho a una prórroga si son aceptados. Al término del permiso, deberán volver a sus provincias, o serán detenidos, multados con una cuota de 200 pesos y desterrados de la capital por el término decidido por un fiscal.
Muchos de estos ilegales o indocumentados que han logrado escabullirse de la policía viven en La Habana en villas miseria llamadas "llega y Pon". Son improvisadas viviendas, sin dirección, fabricadas con palos, cartones y unas cuantas chapas de metal, rodeadas matorrales, muchas veces sin luz eléctrica.
Estas personas, sin derecho a viajar libremente dentro de su mismo país, son tratados de forma despótica, y viven –si es que a eso le puede llamar vida- bajo la constante amenaza de ser deportados a sus provincias si no hacen cambio de dirección, o se casan con alguien que resida de forma permanente en La Habana.
Una forma muy socorrida por muchos orientales para poder establecerse en la capital es integrarse a la policía o algún otro órgano del Ministerio del Interior. Juran cinco años y cuando los cumplen, piden la renuncia. Tal vez en ese tiempo ya consiguieron casarse con una habanera.
Muchos orientales han llegado a La Habana mediante contingentes y brigadas de la construcción.
La discriminación contra los llamados indocumentados o ilegales es una de las más bochornosas manchas del sistema castrista.
Para Cuba noticias: yeikosuri11@gmail.com

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