Militares contra Vitral
ARTEMISA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -El reconocimiento del presidente cubano del “acrecentado deterioro de valores morales y cívicos”, y su llamado a los religiosos a contribuir a revertir esta situación, legitima, aunque implícitamente, las acciones del Centro de Formación Cívico Religiosa de la diócesis de Pinar del Río.
En 1994, se inauguró dicho centro de formación, bajo la dirección del laico Dagoberto Valdés Hernández, y con la anuencia y apoyo del entonces obispo diocesano José Ciro González Bacallao. En la primavera del propio año, se inició la publicación de la revista socio cultural, Vitral. El centro y la revista pretendían contribuir a promover la reflexión, la responsabilidad y la participación activa en un proyecto de nación centrado en la persona humanitaria, que ayudara a salvar a Cuba de la crisis en que la sumieron los años del totalitarismo revolucionario.
El centro funcionó animado por laicos comprometidos de la diócesis de Pinar del Río y parte de la actual Artemisa. Aunque tuvo resistencias dentro de la feligresía católica, por considerar algunos, erróneamente, que su contenido era político. Sin embargo, a pesar de las acciones de la Seguridad del Estado para desestimular la participación, los encuentros se celebraban en muchas parroquias y con un número creciente de asistentes.
Hubo lugares, como Cabañas, en el municipio de Mariel, donde llegaron a participar ateos, militantes comunistas, masones y miembros de otras denominaciones evangélicas. La revista Vitral circulaba de mano en mano, y sus suscriptores superaban en número al de cualquier otro medio oficial de igual formato.
En 2009, el centro fue desarticulado por la jerarquía católica. El equipo de dirección de Vitral fue sustituido bajo presión. El obispo José Ciro fue pasado a retiro, a pesar de mantenerse en perfecto estado físico y mental. Dagoberto fue oficialmente catalogado como agente de la CIA, entre otros infundios para amedrentar a los muchos que ya le valoraban como un líder de opinión.
El Centro de Formación Cívico Religiosa de la diócesis de Pinar del Río se adelantó en mucho a la queja del general presidente Raúl Castro, que parece ser el último en enterarse de este aspecto esencial de la crisis nacional, que Dagoberto Valdés definió acertadamente como daño antropológico.
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