viernes, 4 de octubre de 2013

Nos quedamos sin médicos


Nos quedamos sin médicos

 | Por Leonardo Calvo Cardenas
Consultorio Médico de Alamar abandonado por falta de médicos
Consultorio Médico de Alamar abandonado por falta de médicos
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Por estos días se ha encendido la polémica a causa del nuevo contingente de médicos que el gobierno cubano ha exportado a Brasil, a partir de un contrato con las autoridades del gigante suramericano, avalado por la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Cuatro mil galenos de la mayor de las Antillas han arribado a Brasil para trabajar en distintas localidades, con el objetivo de atenuar el déficit de profesionales que padece el sistema brasileño de atención médica.
Este nuevo contingente se agrega a las decenas de miles de médicos cubanos diseminadas por el mundo ―veinticinco mil tan solo en Venezuela.  En medio del colapso económico que vive la Isla, se han convertido en una de las principales fuentes de ingresos para el gobierno de La Habana. Por su parte, los profesionales y técnicos de la salud cubanos ven estas salidas como la única posibilidad de dejar atrás por un tiempo las pésimas condiciones de trabajo y la bajísima remuneración que deben enfrentar en nuestros derruidos y desabastecidos hospitales, aunque eso signifique apartarse de familias y pacientes.
Impacto mediático han generado las múltiples imputaciones y críticas por parte de sectores profesionales brasileños que cuestionan la manipulación de que son víctimas y la injerencia en su espacio laboral, amén de la supuesta incapacidad profesional que se imputa a los médicos que llegan de la Isla.
El gobierno de Brasil pagará a las autoridades cubanas por esta mano de obra especializada y los médicos cubanos recibirán una ínfima parte de esos pagos, que constituye mucho más de lo que ganan trabajando en Cuba. Lamentablemente, el gobierno cubano alquila los médicos como si fueran siervos o equipos pesados y de paso alimenta su imagen de paladín de la solidaridad y la cooperación sur-sur.
Más allá de los conflictos éticos o profesionales que genera todo esto, sería pertinente analizar las consecuencias que para el pueblo cubano y del sistema de salud de la Isla reviste el convenio.
En primer lugar, debemos imaginar lo que significa extraer treinta mil médicos y un número considerable de enfermeros y técnicos al sistema de salud nacional, una simple operación aritmética nos daría la visión de cuántos profesionales y técnicos han sido sustraídos de los 169 municipios del país. Solo con esta última “escalada solidaria”, cada municipio de la Isla pierde veintitrés galenos.
Consultorio médico abandonado en San Miguel del Padrón, La Habana.
Consultorio médico abandonado en San Miguel del Padrón, La Habana.
Las consecuencias de este lucrativo desenfreno solidario la sufren los pacientes cubanos que deben esperar mucho tiempo por un turno de consulta especializada o por una intervención quirúrgica. Durante los primeros años de la colaboración médica con la Venezuela chavista, las clínicas estomatológicas de varias localidades del interior del país fueron prácticamente mudadas a los cerros y poblados del nuevo aliado suramericano. En el cotizado sistema de atención primaria, los pacientes atraviesan enormes dificultades para ser oportunamente atendidos. Para paliar la ausencia de los médicos exportados en los últimos años, las autoridades cubanas han insertado en las estructuras de salud a una cantidad considerable de médicos latinoamericanos recién graduados que en muchos casos no cuentan con la experiencia necesaria para cubrir los espacios facultativos vacantes.
Mientras el gobierno cubano construye decenas de modernos hospitales en pequeñas poblaciones de Bolivia, son muchos los municipios y localidades de aquí que carecen de instalaciones y coberturas adecuadas de salud. Muchos cubanos deben sortear las carencias y dificultades que imponen los problemas de transporte y comunicación para buscar en las ciudades la atención médica especializada que requieren.
Baste el ejemplo del municipio Güira de Melena, donde eventualmente he residido, con una población de más de treinta y cinco mil habitantes: carece de hospital y debe compartir con varios municipios el centro asistencial de otro distante casi diez kilómetros. En el barrio capitalino donde resido, actualmente no contamos siquiera con un Policlínico y son varias las noches que pasamos en total desamparo.
Los médicos, enfermeros y técnicos que quedan en la retaguardia de esa “solidaridad”, que rinde tan buenos dividendos a los gobernantes (éstos disfrutan de exclusivos, modernos y lujosos centros asistenciales), deben enfrentar la sobrecarga de trabajo en pésimas condiciones y reafirmándose como los galenos peor pagados del planeta.
Los gobernantes cubanos continuaran exportando a las personas como lucrativo banderín de su altruismo interesado, sin reparar en que su “dádiva” genere polémica o gratitud. Los trabajadores de la salud seguirán enfrentando las enormes dificultades y traumas de su labor cotidiana con la esperanza de ser exportados a algún lugar donde su trabajo sea mejor valorado y remunerado, mientras los pacientes cubanos llevaran la peor parte de este sistema que parece ser la cosa gratis más cara de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario