lunes, 11 de noviembre de 2013

¡Bienvenido Cabrera Infante!

Hugo Araña
cabrera-infanteCuba actualidad, Matanzas, (PD) Debo decir que me impactó su foto en la contraportada de "La Letra del Escriba". Guillermo Cabrera Infante, el renegado cuyas expresiones ya molestaban cuando todavía vivía en su Isla, el que se convenció de que la revolución cubana es una mentira, el que no tenía pelos en la lengua.
 Junto a su retrato, la edición incluye un párrafo extraído de su libro "Así en la paz como en la guerra", la cual, a pesar de su éxito, fue retirada de las librerías por las autoridades culturales y gubernamentales, en un intento de borrar su recuerdo cuando decidió exiliarse y establecerse en Londres, donde murió.
En el mencionado fragmento, Cabrera Infante enfatiza: "Pero quiero anunciarle que escribo para usted al tiempo que le digo, en confidencia: es por ti que escribo".
Así se acogía este autor cubano a cualquier recurso literario para hacerse comprender. No sólo buscaba la trama, la acción, la complejidad de sus personajes, sino que obligaba sin ceremonia alguna a releer una página o un capítulo, a reencontrarse con uno mismo y practicar un despojo de lo que presentamos a los demás, quizás lejos de lo que somos en verdad.
Por desgracia, Cabrera Infante fue encerrado en Cuba en el escaparate del olvido. Es lamentable que muchos jóvenes cubanos que aspiran a convertirse en escritores reconocidos ni siquiera lo hayan oído mencionar. Lamentable, porque desde la niebla londinense este escritor aportó a la literatura cubana lo que pocos desde 1959 han podido lograr.
El desprecio del régimen hacia su obra es el clásico y aberrante desprecio hacia un cubano que no comulgó con la dictadura, ni mucho menos bajó la cabeza en sumisión política.
Quizás por esto último alcanzó tanta fama fuera de nuestras costas, no por escándalos o algo parecido, sino por su legado invaluable para nuestra cultura, aunque en Cuba se desconocen muchos de sus títulos.
El absurdo silencio ejercido contra su figura sólo tuvo un pequeñísimo respiro cuando se supo de su deceso, momento en que, suponemos, muchos de sus enemigos habrán elevado los ojos al cielo y habrán dado gracias porque al fin Guillermo Cabrera Infante dejó de existir.
Por eso, aplaudimos al número 113 de "La Letra del Escriba", que ha publicado esta foto en la que aparece pensativo, con sus espejuelos redondos y el tabaco del que nunca se separó.
Para Cuba actualidad: ugosanchoyerto@mail.com

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