Cuba actualidad, Matanzas, (PD) Triste y lamentable es el modo de expresarse de gran parte de la juventud cubana. Y no sólo de los que viven en los barrios bajos de las periferias de nuestras ciudades, barrios que el Gobierno ni nombra, porque sería aceptar que en Cuba existen ciudadelas donde puede hacerse presente cualquier situación degradante, como la prostitución, el uso y expendio de drogas o ser víctima de una agresión.
Pero para no apartarme del título de este comentario, les diré que cerca de mi hogar hay un preuniversitario y una secundaria básica cuyos estudiantes, al salir, parecen venir más bien de un estadio de pelota.
Día tras días, desde mi terraza, los escucho proferir expresiones que desencantarían al menos avezado sobre cómo deberían expresarse los educandos. Por cierto que a muchos vocablos les cortan la sílaba final, como infantes cuando aprenden a hablar.
Pero el problema no solo se manifiesta entre los jóvenes, sino incluso entre adultos de todas las edades, a las que a veces ni se les entiende, como si desearan imponer otra modalidad idiomática muy alejada de la que nuestros profesores años ha nos enseñaron. Y lo peor del caso: no sólo los muchachos, sino hasta las chicas hacen uso de ciertos vocablos propios de una riña de solar, además de acentuar lo que expresan con gestos soeces, con la creencia de que así son más atractivas.
Pero el uso de palabras groseras dichas en alta voz en cualquier lugar es común en sentido general en nuestra población. Ya no importa si en ese momento pasa por su lado una señora cargada de arrugas y canas, estas personas no tienen en cuenta que lo mismo pudiera sucederle a su propia progenitora.
Ahora bien, oigamos cómo habla también la mayoría de los nuevos maestros de última creación, que por supuesto influyen en sus educandos. A su vez, el propio hogar (que tampoco escapa), se conjuga con la escuela para que cualquier día necesitemos un traductor para comunicarnos con nuestros estudiantes.
Y a quien piense que he exagerado, le sugiero que se detenga a la hora de salida en una secundaria o un preuniversitario, o en la cola para comprar nuestro antipan de la libreta de racionamiento, o que se suba a uno de nuestros ómnibus, y tendrá que darme la razón.
Para Cuba actualidad: ugosanchoyerto@gmail.com
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