MARTES, 04 DE FEBRERO DE 2014 00:57
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Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) El castrismo se lanzó a la conquista de Venezuela pocos días después de triunfar en Cuba.
Por estos días se cumplieron 55 años de la llegada de Fidel Castro a Caracas, el 23 de enero de 1959, a solo quince días de su entrada en La Habana, más de una semana después de la huída del dictador Fulgencio Batista.
Enfrascado en lo que llamó la Operación Verdad, Fidel Castro trataba de convencer al mundo de que eran patrañas de la prensa internacional las informaciones sobre los juicios sumarísimos y los fusilamientos a tutiplén, y a veces solo por ver la sangre correr, de los militares del antiguo régimen. "Una campaña mediática en contra de la revolución", como dirían ahora.
Una nutrida y armada hasta los dientes comitiva acompañó a Fidel Castro en su viaje a Venezuela, que fue también su primero al exterior.
En Venezuela, donde exactamente un año antes, el 23 de enero de 1958, un movimiento cívico-militar había derrocado al dictador Marcos Pérez Jiménez, el líder revolucionario cubano era un ídolo y fue acogido como tal. Una delirante multitud escuchó a pie firme el discurso de siete horas que les empujó el barbudo revolucionario para agradecerles su acogida a ellos, que según sus palabras, no habían recibido nada de él. Todavía...
La agenda de Fidel Castro en Caracas fue agotadora. Pero más agotados estuvieron los encargados de protegerlo, que a pesar de la solidaridad mostrada por los venezolanos, creían ver potenciales asesinos a cada paso.
Para colmo, la gira venezolana se inició bajo los malos augurios de un trágico accidente. No más descender la escalerilla, acabado de pisar la pista del aeropuerto, la hélice del avión le arrancó limpiamente la cabeza a un oficial de la delegación que corría nervioso a ocupar posiciones para proteger al Comandante.
Como muestran algunas fotos tomadas por Raúl Corrales, quien integró la comitiva, los guardianes del Comandante, barbudos, de aspecto montaraz, con sus desaliñados uniformes verde olivo de campaña, y las armas siempre al alcance de la mano, convirtieron la embajada cubana en Caracas en una réplica de los campamentos guerrilleros de la Sierra Maestra.
Los venezolanos volverían a ver a los soldados de la revolución cubana, unos años después, ya afeitados, pero en son de guerra, en la costa de Machurucuto, o en los montes de Falcón, Yaracuy y Lara, donde a base de emboscadas manigüeras, el luego fusilado por sus jefes Arnaldo Ochoa, se ganó el nombramiento de Subjefe del Estado Mayor General.
La conquista de Venezuela por el castrismo se consumaría con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, gracias al hastío de los venezolanos con la politiquería y la corrupción de adecos y copeyanos.
La conquista de Venezuela por el castrismo se consumaría con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, gracias al hastío de los venezolanos con la politiquería y la corrupción de adecos y copeyanos.
Lo demás es historia harto conocida. Ahora, para garantizar que Nicolás Maduro desgobierne a sus anchas, los militares cubanos andan por Venezuela, disfrazados de cualquier otra cosa, como Pedro por su casa.
Pero cuando Fidel Castro viajó a Venezuela por primera vez, en enero de 1959, Chávez todavía era un crío en su natal Barinas y el que lo sucedería, Nicolás Maduro, todavía no había sido engendrado en Colombia, Venezuela, o la escuela de cuadros "Ñico López" del Partido Comunista de Cuba o vaya usted a saber dónde.
Para Cuba actualidad: luicino2004@gmail.com
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