viernes, 27 de junio de 2014

El equipo de Luisito


El equipo de Luisito

Torpezas de la nueva generación de represores. Tan visible fue la chapucería (arañazos y melladuras por doquier al desarmar mi ordenador), que se hizo obvia la falta de conocimientos sobre hardware de estos agentes


Foto archivo
Foto archivo
LA HABANA, Cuba -Desde el último trimestre de 2013, un nuevo equipo de oficiales de la Seguridad del Estado rota al frente del Departamento de Enfrentamiento a la Prensa independiente cubana. Uno de ellos, que se dice llamar Luisito (conocido por su desafortunada actuación frente a estudiantes del Instituto Superior de Arte en el documental “Que me pongan en la lista”), acumula fracasos en sus acciones contra miembros y ejecutivos de la Asociación pro Libertad de Prensa (APLP).
Propagación de artículos y correos falsos, amenazas y citaciones a familiares y amigos de periodistas, así como acciones para demeritar y entorpecer el trabajo de la Aduana General de la República, entre otras chapucerías, hacen meritorio al tal Luisito de su tan “alta responsabilidad”.
Con la represión para obstaculizar el 8vo Aniversario de la APLP, el 25 de enero pasado, ésta no sólo mejoró su proyección en los medios, sino que sobrepasó la cifra de cien afiliados, lanzó su Código de Ética para Periodistas Cubanos, ganó visitas en cubaprensalibre.com y aplpcuba.org. Gracias a los operativos contra una Asamblea de Afiliados a puertas cerradas, en la que sólo participarían una veintena de periodistas, el pasado 26 de abril, diferentes gremios en el mundo han mostrado interés en intercambiar con la APLP y no con la oficialista UPEC (Unión de Periodistas de Cuba).
El viernes 30 de mayo, otra chapucería de estos nuevos agentes del régimen acuñaba lo que era sabido: la presión que ejerce el Departamento 21 sobre los funcionarios de la Aduana. Ante la mirada de decenas de turistas, los periodistas Carlos Ríos Otero y Juan Carlos Linares se plantaron cuando la aduana les retuvo sus laptops y teléfonos celulares. La situación fue tan incómoda que la Seguridad tuvo que abortar la operación. Y otra vez la Aduana, habilitada con una resolución que exime de pago estos artículos personales, quedó mal parada.
Días antes, el 10 de mayo, mi laptop y teléfonos cayeron en manos de oficiales de la Seguridad durante 16 días, también por supuesta retención de la Aduana. Tan visible fue la chapucería (arañazos y melladuras por doquier al desarmar mi ordenador), que se hizo obvia la falta de conocimientos sobre hardware de estos agentes.
El viernes 10 de junio, el equipo de Luisito se echaba encima otra pala de tierra. Los agentes Pavel y Yoel prohibieron la entrada a Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista, y a Roberto de Jesús, de Hablemos Press, a un taller sobre Legalización de Asociaciones, convocado por APLP y la Asociación Jurídica de Cuba (AJC).
En casi diez años que llevo en el periodismo independiente, nunca vi tantos arrestos, citaciones y estrepitosos operativos contra un grupo de la prensa alternativa. Lo cierto es que la realidad se impone y en jaque con piezas negras está quien hace las chapucerías, no quien ejerce el libre derecho de difundir la realidad cubana.
odelinalfonsso@yahoo.com

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