La venta ilegal de medicamentos en Guantánamo
El sistema de salud cubano, supuestamente de los más solventes del mundo, no es capaz de satisfacer la demanda de medicamentos en la población cubana.
lunes, octubre 13, 2014 | Roberto Jesús Quiñones Haces | 3 Comentarios
GUANTÁNAMO, Cuba -La obtención de medicamentos regulados por recetas médicas y su posterior reventa clandestina se ha convertido en un modo de supervivencia para numerosos jubilados guantanameros.
Los médicos generales integrales (MGI) se hallan en el centro del asunto pues resultan los más abordados por los ancianos, pero no son los únicos profesionales del ramo involucrados. Los que nos ofrecieron su testimonio lo hicieron a condición de que no reveláramos su identidad.
8 de octubre del 2014 por la mañana
En el policlínico de la calle Máximo Gómez entre 4 y 5 Norte las consultas están repletas. El calor, las conversaciones en voz alta y la aglomeración de personas hacen difícil la estancia en el local de espera.
Abordé a un médico y le pregunté si alguno de los ancianos que estaban en la cola para ser atendidos por él le solicitaban recetas. Casi todos, fue la respuesta inmediata del galeno. -¿Y Ud. que hace?- volví a preguntarle. -Desde que comencé a ejercer me percaté de que el fenómeno estaba más extendido de lo que pensaba y que yo sólo no podía solucionarlo-, me dijo. -Un día un anciano me pidió una receta para comprar Diazepan. Comencé a interrogarlo y supe que el medicamento no era para él sino, aparentemente, para otra persona, así que me negué a darle la receta. Resultó que el viejito era miembro de la A.C.R.C. (Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana) y fue a quejarse a la dirección provincial de salud pública, desde la cual llamaron por teléfono al director del policlínico, quien, sin investigar nada, me amonestó delante de otros colegas por un supuesto maltrato. Desde entonces no me busco problemas-, concluyó.
La misma situación se reitera en el policlínico ubicado en la calle Máximo Gómez esquina a Ramón Pintó, según el testimonio que pude obtener de dos doctoras. -Se supone-, me dijo una, -que al cuerpo de guardia y a las consultas llegan pacientes con alguna dolencia específica y puntual. Sin embargo cada vez más acuden estos ancianos solicitando recetas para medicamentos específicos que escasean en las farmacias-.
-A veces les explicamos que no podemos hacerles la receta y los convencemos pero en otras ocasiones se enfurecen y nos insultan. Varios van a la dirección del policlínico o de Salud Pública y se quejan pero ocultan el verdadero motivo y alegan que no los atendimos bien. En lo que se investiga el caso podemos ser muy cuestionadas-, dijo la otra.
Ni los psiquiatras se salvan
Las consultas de psiquiatría también se han visto asediadas por estos ancianos y así lo constaté en horas de la tarde del mismo día en el Hospital Psiquiátrico provincial Luís Ramírez López, ubicado en el suroeste de la ciudad de Guantánamo.
Allí pregunté a dos especialistas acerca de este fenómeno y ambos coincidieron que está alcanzando niveles alarmantes. Uno de ellos me dijo que en ocasiones ha tenido discusiones en el cuerpo de guardia pues algunos de esos ancianos se encaprichan en que les haga una receta, lo cual es un gran riesgo tratándose de medicamentos dirigidos al sistema nervioso central. En tal sentido me expuso su preocupación pues los MGI recetan medicamentos que sólo pueden ser indicados por los psiquiatras, según establece el Ministerio de Salud Pública, entre ellos el diazepan, el nitrazepan y el fenobarbital.
El otro especialista confirmó lo dicho por su colega. -Muchas de estas personas obtienen esas recetas para su consumo o para venderlos y desconocen los efectos nocivos que puede provocar su ingestión, e incluso se desentienden de los consejos de los médicos y de lo que indican los prospectos de los fármacos, lo cual es un potencial peligro para su salud-, me dijo.
Los medicamentos más solicitados
Según las entrevistas realizadas con estos galenos los medicamos más solicitados por estos ancianos son el Diazepan, el Nitrazepan, Fenobarbital y la Carbamacepina, Amitriptilina, vitamina C, Dipirona, Ibuprofeno y Clorodiasepóxido. Excepto la vitamina C, la Dipirona y el Ibuprofeno los demás medicamentos deben ser recetados por psiquiatras pero en no pocas ocasiones los MGI los indican, sea por negligencia o para quitarse de encima al paciente.
El precio de estos fármacos en las farmacias es relativamente bajo pero, debido a que se agotan rápidamente, se venden en el mercado ilegal a un precio varias veces superior al original.
El más solicitado
Sin lugar a dudas el medicamento más buscado y vendido en ese mercado ilegal es el Sildenafil, la famosa Viagra.
Un sobre de Sildenafil tiene veinte píldoras y su precio en las farmacias es de aproximadamente 2 dólares. En la calle, sin embargo, cada píldora cuesta alrededor de un dólar, es decir, a un sobre se le sacan 18 dólares de ganancia, todo un sueldo si tenemos en cuenta que el salario medio en Cuba no sobrepasa 20 dólares mensuales.
La expedición de una receta de Sildenafil está sumamente controlada y los psiquiatras que pueden indicarla son contados en la provincia, al extremo de que se verifican las recetas, el médico que la autorizó y luego se comprueba si las recetas autorizadas coinciden con las ventas del medicamento. La violación de estos controles ha provocado la sanción de más de un galeno y de no pocas dependientas de las farmacias.
A pesar de esto cada vez son más los ancianos que acuden en busca del fármaco, atiborrando las consultas de siquiatría y haciendo más difícil la labor de los especialistas, quienes obstinados por la falta de recursos, privacidad e higiene en sus consultas no pocas veces plasman su firma en la ansiada receta sin más ganancia que el permanente escrutinio del Gran Hermano.
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