jueves, 27 de noviembre de 2014

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: FUSILAMIENTO DE LOS OCHO ESTUDIANTES DE MEDICINA.

POR: GUIJE CUBA



El 27 de noviembre en la Historia de Cuba


• 1871 -

- Fusilamiento de los Ocho Estudiantes de Medicina.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 669-670 nos describe los acontecimientos del 27 de noviembre de 1871 en la Historia de Cuba:

   “El 23 de noviembre de 1871, en horas de la tarde, alumnos del primer año de medicina se reunieron en el anfiteatro anatómico denominado San Dionisio, contiguo al cementerio de Espada, en La Habana, en espera de uno de sus profesores. Algunos de los congregados -Anacleto Bermúdez, Angel Laborde, José de Marcos y Medina y Pascual Rodríguez y Pérez- subieron al carro mortuorio de la Escuela de Medicina y dieron vueltas por la plaza que existía frente al cementerio. Por otra parte, Alonso Alvarez de la Campa, de dieciséis años de edad, tomó una flor del propio camposanto.
   “El 25 de noviembre el gobernador político de La Habana, Dionisio López Roberts, visitó el cementerio de Espada, recogió del celador del mismo la falsa versión de que algunos estudiantes habían rayado el cristal del nicho de Gonzalo Castañón -el director de La Voz de Cuba muerto violentamente en Cayo Hueso, a manos del separatismo cubano- y, acompañado de varios voluntarios y agentes de policía, se presentó en la Escuela de Medicina, en busca, según dijo, del "autor de los desmanes cometidos la tarde del 23 en el cementerio". Tras las palabras amenazadoras de López Roberts, fue iniciado el sumario. Cerca de cincuenta alumnos quedaron detenidos. Seis de ellos ingresaron en la cárcel de La Habana bajo absoluta incomunicación.
   “El 26 de noviembre la mendaz imputación hecha a los estudiantes de medicina adquirió los caracteres de verdad inconcusa. Y los voluntarios, vociferantes, por medio de comisiones negociaron con el Segundo Cabo: Romualdo Crespo, el fusilamiento de víctimas propiciatorias. Un consejo de guerra verbal se encargó de juzgar a los acusados. La defensa de éstos fue asumida, por Federico R. de Capdevilla, capitán graduado del Ejército, quien calificó de "triste, lamentable y esencialmente repugnante" el acto que le concedía la honra de comparecer y elevar su voz ante un tribunal reunido "por la fuerza, por la violencia y por el frenesí de un puñado de revoltosos". La sentencia dictada por el consejo de guerra, injusta por cuanto era condenatoria, pero sin pronunciamiento de la pena de muerte, exacerbó a los amotinados voluntarios, que lograron de Crespo la formación de un nuevo tribunal, en el que ellos tuvieron mayoría.
   “El 27 de noviembre se reunió el segundo consejo de guerra. El delirio de los voluntarios había creado un ambiente en todo propicio al sacrificio de los acusados. En forma irregular, sin garantías para los enjuiciados, se desarrolló la vista. Lo predominante fue el pugilato establecido en torno al número de los que habían de ser fusilados. A la una de la tarde el consejo de guerra firmó la sentencia, que condenó a ocho a ser pasados por las armas y a treinta y cinco a presidio y reclusión por términos de seis años, cuatro años y seis meses.
   “A las cuatro y veinte minutos de la tarde del 27 de noviembre, de 1871, en la Plaza de la Punta, frente al costado Norte de la cárcel de La Habana, se llevó a cabo el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina condenados a muerte por la supuesta profanación del sepulcro de Gonzalo Castañón. Los ocho inocentes así inmolados a la furia del integrismo fueron Alonso Alvarez de la Campa, José de Marcos y Medina, Carlos Augusto de la Torre, Eladio González y Toledo, Pascual Rodríguez y Pérez, Anacleto Bermúdez, Angel Laborde y Carlos Verdugo. Estos inocentes fueron víctimas de los excesos desatados en Cuba por la reacción encaminada a contener los avances del separatismo insular.”

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