lunes, 23 de febrero de 2015

¿Alternativa laboral o delito?


Sería interesante conocer cuántas licencias para negocios privados son devueltas durante el año por las autoridades. La prensa oficial no acostumbrada a publicar esas estadísticas

Trabajador por cuenta propia, Cuba_archivo
Trabajador por cuenta propia, Cuba_archivo
LA HABANA, Cuba. -Recibir una licencia para ejercer un trabajo privado en Cuba, define los márgenes de un despropósito.
El número de dificultades en el camino a la rentabilidad es enorme. Una de las categorías autorizadas cuyo desempeño se ha visto obstaculizado desde el comienzo del año por nuevas regulaciones son los restaurantes conocidos como paladares.
“A partir de enero, la situación está mucho peor. Es increíble que prácticamente no se pueda hacer publicidad para atraer clientes. A la persona que contraté para eso la han arrestado en varias ocasiones por pasarse de los límites establecidos. Solo es posible realizar esas gestiones en la puerta del negocio. Ir más allá es una complicación”, dijo la dueña de unas de los paladares ubicado en el casco histórico de la capital.
La fuente agregó que otros promotores han sido castigados con multas de hasta 1500 pesos (alrededor de 80 dólares). También habló sobre la imposición de actas de advertencia, además de las amenazas de condenas a privación de libertad por el delito de desobediencia.
Ambiente crispado
Resulta paradójico que el ambiente se haya crispado a partir del anuncio del deshielo entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, el 17 de diciembre de 2014.
“No entendemos por qué ha ocurrido esto. Pensamos que todo iba a ser diferente, que mejorarían las cosas. A ellos (el gobierno), no les conviene que existamos. Nos hacen la guerra, ahora más abierta que nunca”, expresó un hombre que administra otra paladar, también en la zona que ostenta la distinción de Patrimonio de la Humanidad, otorgada por la UNESCO.
El auge de los operativos e inspecciones desnaturalizan el discurso de la élite de poder favorable a una apertura en el mejor sentido de la palabra.
¿Qué explicación lógica puede dársele a una postura que actúa como freno al desarrollo de la sociedad, alienta las corruptelas y potencia, aún más, el rechazo al modelo que cínicamente persisten en ubicar en la órbita del socialismo?
“Esto jamás ha sido socialista. Hemos sido gobernados por una caterva de ladrones. Con sus políticas irresponsables echaron a perder el país. Para no quebrar tengo que recurrir al soborno y al mercado negro en busca de los aprovisionamientos. Esas son las reglas de un juego que no podemos cambiar. ¿Dónde está la voluntad de crear las condiciones mínimas para que los negocios sean viables?, opinó el dueño de un pequeño restaurant situado en una de las calles aledañas a la iglesia de La Catedral.
Las altas tasas tributarias y la ausencia de un mercado mayorista donde adquirir insumos a precios asequibles fueron otras de las dificultades mencionadas por los afectados.
El hecho de que no existan las vías legales para la promoción en los medios y el acoso a los que verbalmente tratan de convencer a los turistas a una visita al local donde están contratados, cierra el círculo de una gestión plagada de contratiempos.
La prensa no publica las estadísticas
CuentapropistasSería interesante conocer cuántas licencias son devueltas durante el año. La prensa oficial no acostumbrada a publicar esas estadísticas, lo que demuestra su falta de objetividad y transparencia. A pesar de los inconvenientes, ninguno de los que accedieron a ofrecer sus opiniones a cambio de que no revelaran su identidad, piensa claudicar.
Aunque recelan de que las cosas puedan cambiar para bien en el resto del año, dicen haber elegido una opción laboral, que no obstante los tropiezos, algo se le saca. “En la casa del ciego, el tuerto es rey”, dijo uno de ellos en apoyo a la tesis de que en un escenario marcado por la escasez y los salarios de miseria, se complacen con su estatus.
La esperanza de transformaciones de gran calado en la economía al hacerse público el anuncio del proceso del restablecimiento de relaciones diplomáticas por parte del presidente norteamericano y el de la Isla, se desvanece. Al menos en la paladares del casco histórico de La Habana reina el pesimismo y la incertidumbre.
A primera vista, todo parece normal pero detrás de las sonrisas del dueño y la amabilidad de los camareros con los comensales de otras latitudes, permanecen incólumes las historias sin nada en común con la lógica y la satisfacción.

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