lunes, 23 de febrero de 2015

Las instalaciones deportivas de La Habana se caen a pedazos


El Parque Martí está en ruinas. En el estadio Latinoamericano (por su pésimo drenaje) hay que suspender el juego de beisbol cuando llueve. La sala polivalente Ramón Fonst es un feudo de cucarachas y ratones

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El Parque Martí, en otros tiempos orgullo de La Habana (Fotos León Padrón)
LA HABANA, Cuba. — El Parque José Martí, ubicado en las inmediaciones de El Malecón habanero, se codeaba con las mejores instituciones deportivas de la capital. Pero ese fue hace mucho tiempo. Hoy se cae a pedazos.
Aquí, –entre otras disciplinas– se podía practicar, fútbol, beisbol, campo y pista; en su complejo de piscinas: natación, clavados y Polo acuáticoñ el Martí contaba, además, de un gimnasio para lucha y boxeo, y un excelente tabloncillo de baloncesto que figuraba entre los mejores de La Habana.
Pero, desde hace décadas, la depauperación del Martí es visible, sin que el gobierno ponga en marcha algún plan de para recuperar esta instalación deportiva, durante años, pieza clave en la formación de muchas figuras del deporte cubano.
Cubanet conversó con Mario Puentes Centeno (conocido por Azúcar) y uno de los buenos basquetbolistas que tuvo el Vedado, quien se formó como jugador de este deporte en la cancha del Martí, llegando a integrar los equipos provinciales y codeándose junto a figuras de la talla de Pedro Chape, Félix Wilson, Cristian Jiménez, Pantaleón Masa.
Nacido en el municipio Plaza, Puentes Centeno a sus 63 años aun juega el basquetbol cada domingo con otros veteranos que en su juventud alcanzaron notoriedad, en la maltrecha y dura cancha de cemento de la calle 23 y b en el Vedado, añorando las excelentes condiciones que en el pasado tenía el centro deportivo José Martí.
MARIO PUENTES
El basketbolista Mario Puentes Centeno, es uno de los deportistas cubanos que entrenó en el Parque Martí
“Para todos los que nacimos en el Vedado y hemos practicado deporte, nos dice Azúcar, el parque Martí era uno de los mejores centros deportivos de la ciudad, y muestra de cómo vivíamos los cubanos”.
Para Pantaleón Masa, otro deportista de renombre: “Es una pena ver al Martí convertido en ruinas, sabiendo que todo es por culpa de las autoridades deportivas que se despreocuparon del mantenimiento de este emblemático lugar. –Y añade– Lo poco que queda para entrenamiento deportivo es el maltrecho terreno de atletismo, allí todo se está derrumbando y la gente lo está usando como posada para el hacer el amor”.
El Parque Martí no es único que se cae a pedazos, el deterioro de casi todos los centros deportivos de La Habana y del resto del país es una realidad comprobable.
Un recorrido por las más renombradas instalaciones para las competiciones nacionales muestra la incapacidad de este gobierno para mantenerlas en buen estado.
El gran estadio Latinoamericano (símbolo del beisbol), apenas cae una fuerte llovizna, hay que suspender el juego por su pésimo drenaje, destruidos por ineficientes levantamientos del mismo, amén de los techos agujereados, las butacas rotas, y los duros asientos de cemento, que le estropean la columna al más pinto de la paloma; en igual condición está la sala polivalente Ramón Fonst (también conocida como la Casa linda de Plaza),y que debido a las filtraciones y al abandono del INDER, se ha convertido en un establo horrible, un feudo de cucarachas y ratones.
Otros como el velódromo Reynaldo Paseiro, y el Estadio de Atletismo (construidos para los Juegos Panamericanos del 91) son actualmente dos monumentos a la Imperfección y a la Mediocridad del sistema socialista.
Con estos tiros se pierde toda esperanza de que algún día el Parque Martí, en El Malecón y Avenida los Presidentes, a escasos metros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, cara de la diplomacia cubana, retome el esplendor que en el pasado tuvo.
Fuentes que pidieron anonimato informan, que en el mes de septiembre 2014, se convocó a una reunión del gobierno donde se planteo la decisión de demoler El Martí, pero hasta la fecha, nada indica el comienzo de esta orden y el CVD José Martí se sigue cayendo a pedazos.
Fotos León Padrón

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