El teólogo brasileño Frei Betto lanza flores a la austeridad con que vive el pueblo cubano, pero nada dice de la vida suntuosa de sus dirigentes
viernes, febrero 6, 2015 | Orlando Freire Santana | 6 Comentarios
LA HABANA, Cuba. -Nuevamente el teólogo brasileño Frei Betto ha sido noticia entre nosotros. Además del fantasmagórico encuentro que, según los medios de difusión oficialistas, sostuvo con Fidel Castro, sobresalieron en esta ocasión unas declaraciones que formuló a propósito de su participación en el evento Pedagogía 2015.
Según el carioca: “La educación cubana tiene el reto de imprimir en sus educandos valores subjetivos que permitan a los jóvenes tener mucha autoestima con el modo austero de vivir del pueblo cubano, porque va a ser un choque entre un “camión consumista” y un “lada austero”. Pero esa es la austeridad que garantiza la dignidad de ustedes”.
Como sucede con frecuencia, los puntos de vista del señor Betto suelen ir a contracorriente. Esta vez no solo en sentido contrario a lo que postulan los centros de poder en Occidente, sino hasta en desacuerdo con el clamor de las naciones de nuestra región.
Porque en momentos en que la lucha contra la pobreza— y por ende, el aumento del bienestar material de nuestros pueblos— era el tema central de la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Frei Betto hacía un llamado en La Habana en pro de que los cubanos mantuvieran la austeridad.
Habría que preguntarles a los cubanos de a pie si ese “modo austero de vivir del pueblo cubano” ha sido una elección propia, o por el contrario es una consecuencia de las privaciones materiales que hemos sufrido desde hace más de cincuenta años. No ya un “lada austero”, como eufemísticamente nos clasifica Betto. En verdad parecemos un carretón destartalado por obra y gracia de la ineptitud de nuestros gobernantes, más que por las presiones externas que hayamos afrontado.
Por otra parte, resulta poco creíble— por no decir otra cosa— que una persona bien informada como Frei Betto no esté al tanto de a dónde fue a parar la austeridad de su socialismo “libertario y emancipador”, cada vez que esa doctrina trascendió los manuales y se convirtió en gobierno. La caída del Muro de Berlín, el fracaso del socialismo real, así como la propia realidad cubana, nos aportan un buen ejemplo.
Mientras que la población de los países de Europa oriental vivía sumida en la mediocridad material, y privada de las más elementales libertades individuales, los Todor Yivkov, Erick Honecker, Nicolae Ceaucescu, y compañía, habitaban en un mundo cuajado de lujos, privilegios y hasta excentricidades consumistas.
Ahora mismo, con la aparición del texto La vida oculta de Fidel Castro, de la autoría del ex teniente coronel cubano Juan Reinaldo Sánchez, que fuera escolta personal del máximo líder durante el período 1977-1994, los lectores han podido acceder a un paradigma de una doble vida: por un lado el líder austero de discursos enaltecidos que pide sacrificios al pueblo, y por el otro el propietario de varias residencias, automóviles de lujo, yates, cuentas bancarias secretas, y un refugio paradisiaco en Cayo Piedras, al sur de Playa Girón.
Pero bueno, no seamos tan inflexibles con el camarada Betto. En verdad, el insistió en la austeridad del pueblo cubano, no de los dirigentes cubanos.
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