jueves, 26 de noviembre de 2015

Costa Rica, punto de no retorno


Hablamos con familiares de cubanos varados en Costa Rica
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Cubanos en un albergue en Costa Rica (foto tomada de internet)
Cubanos en un albergue en Costa Rica (foto tomada de internet)
LA HABANA, Cuba – Hay un lugar del vuelo en que, si la aeronave presenta un fallo por pérdida de combustible, desperfecto o accidente, la tripulación, sin posibilidad real de retornar al punto inicial, intentará continuar vuelo hasta zona de posible aterrizaje. A ese lugar se le llama punto de no retorno, y puede decirse que hasta ahí ha llegado la situación de los cubanos atascados en Costa Rica.
Anamaris Rodríguez López, estomatóloga de 25 años, y su esposo Jarniel Velázquez Domínguez, de 32 años y diplomado como chef de cocina internacional, residían en Guanabo, un pueblo turístico al Este de La Habana. Hoy forman parte de los más de tres mil emigrantes cubanos que acampan en Costa Rica para seguir rumbo a Estados Unidos.
CubaNet contactó con los padres de Anamaris –Ángel y Zoe se llaman– para conversar sobre la joven pareja que vive hoy días de incertidumbre y esperanza. A la angustia de los hijos, se une la de la familia que aguarda por una buena noticia, o al menos por una respuesta definitiva a la situación de los miles de emigrantes varados en Centroamérica.
“Mantenemos comunicación con Anamaris y Jarniel a través del hermano de ella, que vive en los Estados Unidos y les presta alguna ayuda para su sustento”, dice Ángel, quien agrega que la Iglesia Católica costarricense también los ha ayudado. “Los cubanos son bien acogidos allá”, opina Zoe.
Los padres dicen que, pese a la amarga experiencia, los jóvenes “tienen buen ánimo y la esperanza de radicarse en los Estados Unidos”.
“Anamaris y Jarniel, diplomados, con buenos empleos y sin problema de vivienda, ni tampoco entre los peores económicamente de la población, decidieron emigrar”, dice la familia, desmintiendo las recientes declaraciones de la prensa nacional que etiqueta a los cubanos como “emigrantes económicos”.
Jardiel y Anamaris, el día de su boda (foto de cortesía)
Jardiel y Anamaris, el día de su boda (foto de cortesía)
“Nos habían confesado que no podían vivir con tanto control, sin aspiraciones”, añade Zoe.
Anamaris era dentista de una clínica en Guanabacoa, ubicada a treinta kilómetros de su casa. Tenía que enfrentarse todos los días a ómnibus atestados de gente, porque su salario jamás le alcanzaría para comprarse un medio de transporte cómodo. “La aspiración sería cumplir ‘misión’ en el extranjero y regresar con dinero para el mantenimiento de la vivienda, quizá comprar un televisor nuevo [la familia aún utiliza un viejo aparato soviético], una laptop y alguna que otra ‘chuchería’; pero no podrían esforzarse por salario más alto, ni traer un auto”, juzga Ángel.
“Queremos que salgan adelante, progresar; pero sentimentalmente estamos deprimidos. Ahora tan lejos… Anamaris siempre estuvo a nuestro lado”, dice Zoe con pesar, antes de decir que “no quieren regresar”.
Por su parte, para Duniesky Carone Rodríguez, de 38 años, vivir y trabajar en los Estados Unidos era meta y Meca. Duniesky también está varado en Costa Rica, a donde llegó desde Ecuador.
Vicente Carone, su padre, custodio en una base estatal de transporte en Guanabo, comenta: “Mi hijo se fue porque se considera sin futuro y no se siente libre. Decía que aquí nunca podría comprarse ni siquiera un auto”.
El viejo Vicente piensa que Dunieski, desde allá, ayudará mejor a la hija de ocho años que deja en Cuba. “No quiere regresar, pero si volviera no tendría casa. La vendió para reunir el dinero del pasaje y otros gastos. Duniesky salió legalmente, con pasaporte y visa de turismo”, dice el padre, que espera junto a otras miles de familias en Cuba a que los suyos alcancen el destino que salieron a buscar.
cosanoalen@yahoo.com
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ACERCA DEL AUTOR

Reinaldo Emilio Cosano Alén

Reinaldo Emilio Cosano Alén

Reinaldo Emilio Cosano, La Habana, mayo, 1943, licenciado en Filología en la Universidad de La Habana. Ejerció como profesor los últimos veinte años de vida laboral. Fue separado del magisterio por carecer de ''idoneidad política'', según consta en el acta de separación definitiva. Fue miembro del Comité Cubano pro Derechos Humanos, y participó en la Coalición Democrática Cubana. Escribe desde hace más de diez años para CubaNet, a través de la agencia Sindical Press, de la cual es director. e-mail: cosanoalen@yahoo.com

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