Por: Lcdo. Sergio Ramos
Ultimamente se ha desarrollado una
fuerte presión para que la Lay de Ajuste Cubano se derogue. Se usan varios
argumentos, algunos de ellos no necesariamente objetivos, otro basados en
falasias.
La Ley de Ajuste Cubano (LAC) se creó
para dar refugio a los que escapaban de la tiranía castrista en 1966. En
aquella época se perseguía, reprimía y encarcelaba y hasta se asesinaba por
fusilamiento a quienes no estaban conformes con la Revolución Castrista.
Hoy día, en el 2015, sigue el mismo
régimen dictatorial que continúa reprimiendo, persiguiendo y asesinando
opositores. Este mes de noviembre del 2015, solo en las provincias
orientales, hubo cerca de 200 detenciones de miembros de UMPACO que protestaron
pacíficamente exigiendo respeto a los derechos humanos, como parte del programa
denominado Todos Marchamos. En Villa Clara solamente del Movimiento
Cubano Reflexión hubo 40 detenciones a causa de su pacífico activismo de
oposición. Las Damas de Blanco son frecuentemente agredidas por marchar con una
flor pidiendo libertad para los presos políticos. Hace solo tres años, el
régimen asesinó a Osvaldo Paya Sardiñas y a Harold Cepeda y hace cinco a Orlado
Zapata Tamayo.
La situación dictatorial de Cuba
sigue siendo ‘sui generis’ en el continente. La dictadura, políticamente, no
cambia. Continúa infundiendo el mismo estado de terror sobre la población, mientras los cubanos
siguen huyendo de la opresión buscando libertad en otras tierras.
El que suscribe no ha regresado a
Cuba, y cuando lo he intentado, ha sido a la brava con el propósito de romper
las cadenas de la opresión para libertar la patria. Pero comprendo las razones
de los que regresan de visita a Cuba. Personalmente, como abogado de
inmigración, veo casi a diario el triste drama de la separación de las familias
cubanas. La tragedia de una hija que tiene que enviar medicinas a su madre
anciana, enferma en Cuba porque la autodenominada “potencia médica” no tiene
medicinas para el pueblo, pero si para los turistas y los jerarcas del régimen;
o como los cubanos tienen que enviar ayuda económica a sus hijos en Cuba para
que coman y vivan un poco mejor porque el gobierno les paga a los trabajadores
en devaluados pesos nacionales y les venden la comida en divisas a precios
astronómicos; o como tienen que visitar a sus familiares en Cuba para aliviarles
las penurias y miserias a las que el capricho de un régimen dictatorial y
oligarca, fuerza a vivir a todo una pueblo. Por hacer esto, no se puede culpar
a quienes viajan a Cuba a ayudar a sus familias, porque se trata de una
cuestión humanitaria. La culpa es de los que oprimen al pueblo.
Es triste y abusivo que el régimen
exija a sus ciudadanos y naturales cubanos del exterior que desean ir a su
país, que le pidan una visa (que irónicamente llaman “permiso de entrada”),
cobrado a un altísimo costo, para que puedan regresar de visita a su patria. Es
como si el vecino te diera permiso para entrar en tu casa, te diga cuanto
tiempo puedes estar en ella y además te cobre dinero por ello. ¡Eso Indigna!!
Mientras que los colombianos, los peruanos, los argentinos, los españoles, los
filipinos, etc., solo tienen que mostrar su pasaporte para entrar a sus
respectivos países. Porque entrar al país que lo vio nacer es un derecho, no un
privilegio.
Los cubanos llegan a estas costas
buscando una esperanza de libertad y de un futuro mejor que no encuentran en su
país y se les niega en su patria por la obstinación perversa de sus gobernantes.
Así actualmente, dos millares de cubanos se encuentran desesperados, apiñados
en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, siendo agredidos por los militares
sandinistas. Como decía a la prensa una de las víctimas, “amo a mi Cuba, pero
me fui porque no tenemos libertad en nuestra tierra”.
Se van de Cuba, aunque no lo sepan,
porque intuyen que esa es la manera de poder “respirar libertad”, como decía mi
profesor de derecho Dr. Carlos Piñeiro y del Cueto. La libertad, junto con la
vida, es el don más preciado del ser humano. Ayer como hoy, los cubanos que
salen de Cuba, no vienen por turismo, sino para vivir en libertad.
La teoría sobre que hay que quitar la
LAC porque están saliendo delincuentes, no se le puede atribuir a dicha
ley. Es una apreciación subjetiva e injusta. De muchos otros países que no
tienen, ni nunca han tenido, una Ley de Ajuste especial para sus nacionales,
también entran delincuentes y criminales. Ahí tenemos el ejemplo de las
Maras salvadoreñas o de los narco de la droga mexicanos. Pero cabe
aclarar, que la inmensa mayoría de las personas que entran legal o ilegalmente
a este país, --- sean cubanos o de otras nacionalidades--- son personas que buscan un mejor
futuro; vienen a trabajar para levantar a sus familias, tal como la gran
mayoría de los cubanos que llegan a Estados Unidos. Sirva pues el dato que en
la Corte de Inmigración a la cual voy frecuentemente, la mayoría de los
procesados como “criminal aliens” (Extranjeros criminales o
que han cometido delitos) no son los cubanos, son también los hay de otras nacionalidades (Dominicanos,
hondureños, colombianos, etc, etc, etc.) que no tienen, ni han tenido
nunca una Ley de Ajuste especial para ellos y entran por los procesos
migratorios normales de la Ley de Inmigración de Estados Unidos, o cuando no,
ilegalmente.
No se puede culpar a la LAC de la
delincuencia de algunos. El problema estriba en los controles y el cedazo que
deben tener las autoridades migratorias al dejar entrar una persona a este
país. Eso es lo que hay que ajustar: A las leyes y procedimientos para que
sea más efectiva la Ley general de inmigración para impedirle el paso a los
delincuentes vengan de donde vengan.
También es dudoso el argumento de que
quitar la LAC limitará la inmigración ilegal de los cubanos. Anualmente, son
muchísimos los inmigrantes de otras nacionalidades que, sin tener Leyes de
Ajuste particulares, entran ilegalmente a Estados Unidos por la frontera o por
yola (bote) de otros países (Mexicanos,
hondureños, dominicanos, guatemaltecos, chinos, sirios, etc, etc.). Cuando
quiten la LAC, entonces los cubanos, en pos de un futuro mejor y libre, harán
lo mismo que los dominicanos: Entrarán en yola.
Otro argumento cuestionable, es que
si quitan la LAC, entonces el pueblo no tendrá más remedio que rebelarse y
tumbará a la tiranía. En primer término, para que una persona se rebele
contra un gobierno dictatorial u opresivo, lo primero que tiene que tener es
conciencia del mal que le aqueja a él y de quienes se lo causan a él y a su
pueblo. Y luego de la concientización, tiene que tomar la resolución, o sea, la
determinación de rebelarse, que no solo está condicionada al estado de
desesperación e indignación, sino a la esperanza de un posible triunfo sobre el
tirano.
En otros tiempos, los negros esclavos
sufrían el mal de su esclavitud, pero no estaban resueltos a rebelarse. El
miedo y los tabúes los frenaban. Hubo y hay países que no tuvieron, ni
tienen Leyes de Ajuste especiales para ellos y son o fueron países herméticos
bajo dictaduras férreas. Dos ejemplos: Uno, hace décadas, fue Albania, durante
los tiempos del tirano Enver Hoxha. De ese país no se podía salir ni entrar
fácilmente y no tuvieron rebeliones. Otro caso hoy día es Corea del Norte. De
este país no se puede salir ni entrar fácilmente y no ha habido rebeliones. En
uno y otro respectivamente, no se dan, ni se dieron las condiciones para
alzarse.
La resolución de rebelarse,
normalmente empiezan por tenerlas las minorías concienciadas y luego, cuando se
resquebraja y debilita el régimen, es que el resto del pueblo se lanza
masivamente a las calles. En Cuba esas minorías lo son hoy los opositores
dentro de la isla. La cuestión es concienciar a los cubanos del mal que les
aqueja y reforzar a los que tienen la resolución de rebelarse. La dificultad en
el caso cubano es que los medios de comunicación están monopolizados por el
estado, pero hay formas de romper ese bloqueo informático interno.
Por otro lado la LAC y los viajes a
Cuba usados inteligentemente por la oposición y el exilio, son vías de
comunicación y apoyo a la oposición desde el exterior. En los tiempos de
José Martí hubo muchos cubanos que salieron huyendo de la opresión
colonial española. Así se fundó la comunidad de tabaqueros cubanos de
Tampa. Y fue el poder viajar a Cuba lo que permitió reforzar la oposición
interna de entonces y que Martí pudiera enviarle, con un viajero, la orden de
alzamiento dentro de un tabaco a Juan Gualberto Gomez para producir el Grito de
Baire.
La Ley de Ajuste Cubano debe
continuar en pleno vigor, quizás haciéndole algunos ajustes y modificaciones,
pero sin que pierda su carácter de dar refugio a los cubanos privados de
libertad, ni privar el acceso humanitario de la ayuda de familiar a familiar,
ni cerrar tan hermético el país que prive al exilio de ayudar logísticamente a
los opositores que luchan por levantar al pueblo contra los tiranos.
San Juan, Puerto Rico, 26 de noviembre de
2015
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