CRISIS MIGRATORIA
Jugarse la vida con un "coyote". Ese es el plan de muchos cubanos en suelo costarricense.
El desconocimiento del lugar, sumado a la limitante económica y la desesperación por llegar a los Estados Unidos los motiva a contratar los servicios de traficantes humanos.
Lázaro Pérez, cubano albergado en el pueblo de La Cruz, asegura conocer la historia de algunos compañeros de viaje que optaron por esta opción para cruzar a Nicaragua. "Ellos saben que es un riesgo muy alto, pero prefieren morir en una tierra desconocida que volver a Cuba", sentenció.
Gerardo Castaing, especialista en criminología y exgerente del Organismo de Investigación Judicial explicó que "estos tipos conocen rutas que no son habituales, que principalmente se utilizan para el narcotráfico, y que utilizan para trasladar personas".
Precisamente, el Ejército nicaragüense reportó la captura de unas 25 personas en las montañas fronterizas, quienes llevaban al menos tres días sin agua ni alimento, debido al engaño de un coyote que les contactó, según reportó Canal 13 de Nicaragua.
Para Castaing, esta situación no debería extrañar, pues ese es el riesgo a los que se enfrentan quienes les pagan a estos hombres. "Aparte de los múltiples peligros, los coyotes, en situaciones de riesgo, no dudarán en abandonarlos y dejarlos a su suerte; esa es la forma de actuar de ellos".
Hablar de la seguridad en las fronteras costarricenses es más que polémico. Este país cuenta con 173 kilómetros de frontera con Panamá, al sur, y 220 kilómetros con Nicaragua, al norte. Según cuenta el especialista en seguridad, por Panamá hay tres formas de ingresar: Paso Canoas, donde se encuentra el mayor paso fronterizo y aduanero. Este punto es poco apetecido por los "coyotes", pues la seguridad es considerable.
Sin embargo, en escena se perfilan dos zonas más: se trata de los poblados de San Vito de Coto Brus y Sixaola. En ambos se dibuja una línea por donde existen múltiples "puntos ciegos", donde la seguridad es nula, debido a que se trata de lugares donde prevalece la densa montaña.
En el caso del límite con Nicaragua, se presenta un panorama similar: cuenta con el principal paso fronterizo en Peñas Blancas y el resto es prácticamente una zona libre para el tráfico de personas. Quienes se aventuran a exponer su vida lo hacen por los poblados de los Chiles y Upala, sitios en donde, por kilómetros, lo único que divide la frontera es una cerca o montaña.
El reto inmediato es pasar a Nicaragua, pero no es el único; incluso los peligros de su travesía podrían apenas comenzar.
Castaing recordó que Costa Rica no cuenta con grupos delictivos organizados como sí los tiene el resto de Centroamérica y muchos de ellos ven en los migrantes un claro objetivo.
"Atravesar las montañas ya es por mucho peligroso, con animales salvajes y precipicios, pero una vez atravesado nuestro país, en Honduras, Guatemala y El Salvador se van a topar con pandillas, mejor conocidas como 'maras', las cuales son terriblemente peligrosas. Algunas de ellas ya están organizadas y se encuentran en la montaña, aguardando por estos grupos de migrantes”.
De acuerdo a los datos suministrados por la dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica, al día, ingresan al país un promedio de 200 cubanos producto del 'coyotaje'.
Crisis migratoria cubana en Centroamérica
El fracaso de una reunión regional y la postura intransigente del Gobierno de Nicaragua podrían conducir a un agravamiento de la crisis. En este mapa, la larga ruta que siguen los cubanos a través de Sudamérica, Centroamérica y México para llegar a Estados Unidos.
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