martes, 3 de mayo de 2016

Editorial sobre el VII Congreso del PCC.


El Partido Comunista de Cuba (PCC), en su versión castrista, fue el resultado de una escalada piramidal: Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y en el año 1965 se implementó la institución actual. Eso es, en menos de 7 años Cuba tenía un partido único a la usanza del bloque soviético.




El secuestro por las armas del Estado Cubano, le permitió a Fidel Castro implementar una obra de ingeniería social: subordinación de la enseñanza y demás instituciones de transmisión cultural, eliminación de la sociedad civil y política, estatización de la economía como potente herramienta, que genera dependencia, conculcación de todos los DD. HH y Libertades Básicas, utilización del sistema de justicia, con la consiguiente red de cárceles como una herramienta, que facilita un status quo, donde el que no acepte el dogma oficial y la realeza del máximo líder, es en alguna medida castigado.
En el VII Congreso del PCC que sesionó entre los días 16 y 19 de abril pasado, se puede apreciar con claridad como el soberano es el Primer Secretario del PCC y no quien lo es por derecho propio: el ciudadano. En la “Resolución sobre el Proyecto de Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista” es evidente como el mismo, con algunas modificaciones realizadas desde el único prisma interpretativo posible: el oficial, se le impone a la “Asamblea Nacional del Poder Popular”. Eso es, los legisladores cubanos aun cuando lo quisiesen sus electores, no pueden sobrepasar la raya roja.
Los parlamentos elegidos en sociedades democráticas deben propiciar una adecuada representación de mayorías y minorías. En otras palabras, los legisladores son los empleados de los ciudadanos, y bajo ningún concepto pueden subordinarse a ningún partido y/o jerarca. En cambio, en Cuba el General de Ejército Raúl Castro y sus tecnócratas allegados hicieron el Proyecto..., y el Partido Comunista garantiza su ejecución, así de sencillo.
Por otro lado, en la “Resolución acerca del cumplimiento de los Objetivos de Trabajo aprobados por la Primera Conferencia Nacional y las Directrices del Primer Secretario. Proyecciones para su continuidad” en uno de sus acápites se plantea: Enfrentar resueltamente en todos los ámbitos y por distintas vías los intentos de subversión político ideológica y de introducción de plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo...Más adelante plantean de cohesionar todos los factores... (entiéndase, los cuerpos represivos, La Brigada de Respuesta Rápida, el trabajo sucio etc.). En este congreso, como era de esperarse, siguieron apostando por las armas melladas del totalitarismo y la más rancia ortodoxia, como armazón de pensamiento y acción: ¡Qué barbaridad!
Algunos actores de la sociedad civil y estudiosos de la problemática cubana, albergaron esperanzas sobre el posible rol protagónico del segmento reformista que habita dentro de las filas del PCC, en la trama de este congreso. En el mismo, se ratificó lo que ha sido un sobreentendido: dentro del único partido no hay democracia y sí una gerontocracia. Fidel Castro en la despedida de su vida política, manifestó nostalgia por la extinta Unión Soviética, en un contexto donde ni los comunistas rusos quieren saber de dicho modelo de marras. El gurú del comunismo caribeño, marcó el ritmo del cónclave: estar a contracorriente. A nadie sensato en este mundo le cabe dudas que el demo liberalismo, el mercado y la soberanía del ciudadano permite el reformismo gradualista y con ello enfrentar exitosamente todos los desafíos, estando a tono con el respeto de la dignidad de la persona humana.
Librado R. Linares García Sec. General del MCR. 

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